Editorial: Gaza: ¿Deportación o exterminio? - 16/11/23

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Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches y muy bienvenidos a esta nueva singladura de la voz Soícesa Vidal. Hoy es el jueves 16 de noviembre de 2023 y me dirijo a los hispanoparlantes de ambos hemisferios, a los situados a uno y otro lado del Atlántico y del Pacífico, y, como siempre, lo hago desde el exilio. Corrió el año 1915 cuando el gobierno turco adoptó una decisión trascendental. Durante años Turquía había estado sufriendo atentados terroristas perpetrados por armenios que vivían bajo su dominio y ahora acababa de sufrir una terrible derrota militar frente al ejército ruso en la batalla de Sarikamis. Decidió entonces el gobierno turco actuar contra los armenios? Inicialmente, las autoridades turcas se limitaron a detener algunos intelectuales y políticos armenios, pero en el mes de mayo ordenaron la deportación de la población armenia hombres, mujeres y niños por considerar la peligrosa y alegando el peligro de nuevos atentados terroristas.

Durante el verano y el otoño de 1915, los armenios se vieron enfrentados con una alternativa o la de aceptar la expulsión de sus hogares o la de ser literalmente eliminados. Como era de esperar, la inmensa mayoría de los armenios aceptó la deportación en la esperanza de que así, al menos, salvarían la vida. Sin embargo, aquella esperanza se reveló vana. Por el contrario, los armenios fueron objeto de matanzas perpetradas por el ejército turco que duraron hasta 1916, y aquellos que se vieron confinados en campos encontraron también, en muchos casos, la muerte a causa del hambre y de las enfermedades. Estos hechos fueron contemplados de manera directa por testigos extranjeros, que incluían a misioneros, periodistas, diplomáticos y militares, pero la realidad es que, en medio de la situación, apenas nadie movió un dedo para proteger a los armenios. Las estimaciones de las muertes derivadas de la alternativa entre la deportación y el exterminio varían entre unos cientos de miles y más de un millón. Aunque no son pocos los que han calificado los hechos de genocidio, a día de hoy se sigue discutiendo esa denominación para el drama terrible sufrido por los armenios. Entre las naciones que niegan el carácter de genocidio a esa tragedia apadecida por los armenios se encuentran Gran Bretaña y el Estado de Israel.

En las últimas horas hemos tenido nuevas noticias sobre los planes del gobierno de Netanyahu relacionados con la población de Gaza. Sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes. Primero, el medio israelí plus 972 magazine acaba de publicar un reportaje firmado por la periodista israelí Orly Noy, en el que se explican los planes del gobierno de Netanyahu para la población de Gaza. Segundo, los planes del gobierno de Netanyahu para los habitantes de Gaza consistirían en la apuesta a punto del denominado plan Esmotrick. Tercero, besalel Esmotrick es el actual ministro de finanzas del Estado de Israel y ya hace seis años, en su primer mandato como miembro del Parlamento israelí, publicó lo que denominó el plan decisivo.

Cuarto el plan decisivo sostiene que no es posible ningún tipo de compromiso, reconciliación o partición del territorio entre israelíes y palestinos. Por ello, en lugar de mantener la ilusión de que es posible un acuerdo político, la cuestión tiene que ser resuelta de manera unilateral y de una vez por todas. Quinto, el plan sostiene que los palestinos implican un desafío demográfico y que Cisjordania tiene que ser anexionada de manera total. Sexto, en una primera fase del plan a los palestinos se les ofrecería la posibilidad de renunciar a sus aspiraciones de tener un Estado propio, permitiéndose les vivir, pero en un Estado de inferioridad legal y desprovistos de los derechos de los ciudadanos israelíes O, de lo contrario, tendrían que marcharse al extranjero. Septo, en caso de que los palestinos ofrecieron resistencia ante la idea de convertirse en seres inferiores o abandonar su tierra, tendrían que ser identificados como terroristas y el ejército del Estado de Israel debería matar a los que se necesite que sean muertos. Oltavo preguntado sobre su plan y si la ejecución del mismo implicaría matar familias, mujeres y niños.

Smótrik respondió en la guerra como en la guerra. Noveno la revelación del plan decisivo, o plan Smótrik, según el reportaje, levantó una controversia y no faltaron sectores de la sociedad israelí que lo consideraron a la vez engañoso y peligroso. Sin embargo, la actual guerra ha abierto el camino a que sea realizado por el gobierno que preside Benjamin Netanyahu. Decim a esto hay que añadir, según señala el reportaje, que buena parte de la opinión pública israelí rechaza ahora la presencia de palestinos sometidos a un régimen de inferioridad en derechos, abogando más bien por su total deportación. Un décimo según el reportaje, la mayor parte de la población de Israel experimenta una profunda sorpresa ante el ataque brutal de jamás y se niega a entenderlo en el contexto de décadas de opresión. Esta actitud, también según el reportaje, refleja una postura israelí que se pregunta genuinamente por qué los palestinos no se aferraron a su estatus como prisioneros en Gaza. Dan las gracias por la generosidad de Israel al permitir que unos pocos miles trabajen por salarios mínimos en tierras de las que sus familias fueron expulsadas y traigan flores a sus ocupantes. Dó décimo en medio de ese discurso, según el citado artículo, la emigración es a menudo presentada como una consideración humanitaria que permite generosamente a los civiles palestinos abandonar el área de las hostilidades. En realidad, alrededor de tres cuartas partes de la población de Gaza ha sido desplazada la fuerza desde el 7 de octubre, principalmente del norte, y el ejército israelí continúa bombardeándolos en todas las partes.

13. Por añadidura, altos cargos israelíes están considerando planes para la deportación masiva de los palestinos fuera de la franja de Gaza. Como señala el reportaje, para partes significativas de la población israelí, los palestinos son más fáciles de mover que los muebles de un cuarto de esta. 14. El reportaje señala, continuación, que, dado que expulsar a la población de Gaza tiene perfecto sentido, para la mayoría de los israelíes la negativa de los palestinos a someterse a la fuerza del régimen israelí es percibida como una amenaza existencial y como una razón suficiente para su aniquilación.

15. El reportaje señala también que las matanzas horribles del 7 de octubre en comunidades civiles violaron lo que debería ser la perspectiva de una resistencia legítima a la opresión. Pero la vasta mayoría de los israelíes se sentía totalmente a gusto con los francotiradores que mataron e irieron a los palestinos que se manifestaban en masa en la verja de Gaza durante la gran marcha del retorno. Ante sus ojos, ninguna forma de protesta contra la ocupación es legítima. 16.

El reportaje señala también que, además, buena parte de la población del Estado de Israel ha asimilado la retórica del ministro Esmotrik, que señala que no existe ninguna vinculación entre el terrorismo y la desesperación. Por el contrario, para Esmotrik el terrorismo deriva de la esperanza. De manera semejante, buena parte de la población israelí se niega a ver la vinculación entre el terrorismo por un lado y la desesperación y la lucha por el otro. En el slim actual, dice el reportaje, cualquier intento incluso de mencionar esa conexión es denunciado inmediatamente como una justificación de los crímenes de Hamas. 17. Esa situación se ve en la total voluntad de sacrificar las vidas de hasta el último palestino de Gaza para obtener la victoria prometida por el ministro Esmotrik. 18. Según el reportaje, la sociedad israelí sufre la terrorizadora indiferencia hacia el número astronómico de niños muertos y la completa internalización de la idea de que cualquier pensamiento de lucha y libertad en el otro lado de la valla tiene que ser extinguido sin importar el coste human. 19. Los propios ciudadanos israelíes de origen árabe están sufriendo unos niveles de persecución y represión que recuerdan el régimen militar de 1949 a 1966.

No es coincidencia, afirma el reportaje, que estas voces de la comunidad estén completamente ausentes de las esferas públicas, estos días Están sujetas arrestos y acondenas simplemente por asegurar su identidad nacional. De hecho, se está encarcelando a gente por el simple hecho de poner un vídeo de Shakshuqa, un plato típico de oriente medio, cerca de una bandera palestina. Y vigésimo, el reportaje concluye con una nota pesimista, al señal que este enfoque no tendrá resultados positivos a la hora de rehabilitar a la dolida sociedad israelí después de la guerra y devolver a colocar los cimientos para la lucha por una sociedad compartida. Hace 30 años, los acuerdos de Oslo abrieron una oportunidad a una solución justa y pacífica para el enfrentamiento entre israelíes y palestinos De manera continuada. Israel debía ir abandonando los territorios ocupados y para el año 2005, hace casi 20 años, tendría que proclamarse el estado palestino. Sin embargo, el primer ministro israelí Isaac Rabin fue asesinado.

Ningún político israelí recogió el testigo de la búsqueda de la paz y el estado de Israel se entregó a una política sistemática de violación de los acuerdos de Oslo y de apoyo a la organización terrorista jamás para dividir a los palestinos e impedir la proclamación de su estado. La única alternativa que quedaba para los palestinos era aceptar una situación de población sometida que, incluso en el caso de contar con la nacionalidad israelí, estaba privada de plenitud de derechos y sometida a una opresión continua, o bien abandonar su tierra y dejar el terreno libre a nuevas ocupaciones del estado de Israel. De hecho, también en violación de los acuerdos de Oslo, no dejaron de establecerse nuevas colonias israelíes en los territorios ocupados. Esta política, que sólo permitía a los palestinos o conformarse con un destino de clase inferior, sometida, humillada y ofendida, o emigrar, no encontró excepciones en la política israelí, cada vez más centrada en no solucionar el contencioso, sino meramente en controlarlo mediante el ejercicio de la violencia más descarnada.

Ni Ariel Sharon con Kadima, ni Yair Lapid con Jesh Atid, ni Abiddor Lieberman con Israel Beiteinu, ni Benny Gantz con su Azuli Blanco ofrecieron jamás una alternativa a los palestinos que fuera más allá de la sumisión común a casta inferior o la inmigración. Por supuesto, a la cabeza de esa visión estuvo siempre un netaniajo que podía solicitar a Qatar que siguiera financiando a la organización terrorista jamás o que afirmaba incluso en público que la existencia de jamás resultaba útil para el Estado de Israel y necesaria para impedir que los palestinos contaran con su propio Estado. La política del Estado de Israel aspiraba a imponerse por la fuerza, pero dejaba al mismo tiempo de manifiesto una inmensa debilidad ética y moral. No sorprende que, actuando de esa manera, el actual ministro Esmotric concibera la idea de que, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, entendiendo como tal la renuncia de las aspiraciones palestinas a un Estado y la aceptación de un estatus de población sometida, o bien los palestinos aceptaban marcharse de su país o bien, caso de resistirse recurriendo a la violencia, tenían que ser exterminados, incluyendo las poblaciones civiles.

Que ahora se acose de manera brutal e incluso omicida a los palestinos de Cisjordania, donde no está jamás, y se pretende aplicar la disyuntiva de deportación o muerte a los habitantes de Gaza, elaborándose planes que apuntan a que dos millones de personas serían deportadas a naciones como España o Grecia, indica una gravísima falta de moralidad y de consideración hacia seres humanos e inocentes. Todo ello cuando debería dictarse un alto el fuego en Gaza, establecer corredores de ayuda humanitaria e iniciar inmediatamente las conversaciones para la liberación, lo más rápidamente posible, de los secuestrados. Por supuesto, rechazar es alternativa y abogar por conductas de violencia indiscriminada cuyas víctimas son mayoritariamente civiles, de ellos la mitad niños, se puede intentar justificar apelando a la seguridad nacional, a las edidas recibidas o a otros argumentos no menos sujetos a discusión. Pero la historia muestra que cuando se establece la disyuntiva de la deportación o el exterminio. Muchas veces primero tiene lugar la deportación y luego el exterminio.

Fue lo que sucedió con los armenios que vivían en Turquía en 1915, y lo que ha sucedido también en otros periodos favorosos e inhumanos de la historia, que los israelíes, por cierto, deberían conocer muy bien. Pero no se dejen llevar por el desánimo, la frustración. Y es que, a pesar de que los poderosos muchas veces parecen gigantes, es solo porque se les contempla de rodillas y ya va siendo hora de ponerse en pie. Mientras tanto, en el tiempo que han necesitado ustedes para escuchar este editorial, la de la pública española ha aumentado más de 7 millones de euros y va camino de aumentar todavía mucho, mucho más. Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches. Les ha hablado César Vidal desde el exilio. Que Dios los venza.

Esta sección está patrocinada por crowdfunding con el siguiente mensaje Nuestro Señor Jesucristo, el único Dios verdadero, es misericordioso y nuestro Salvador.