Editorial: Julian Assange: ¿Culpable o inocente? - 06/06/24

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El año 2006, cuando el mundo se vio sacudido por la apertura de un fenómeno nunca visto. Se trataba de la fundación de Wikileaks por un activista australiano de nombre Julian Assange. Wikileaks pretendía poner al alcance de la opinión pública internacional la realidad de la política valiéndose, como su propio nombre indicaba, de filtraciones realizadas por cualquier persona que tuviera acceso a documentos de interés general. Aunque desde los inicios Wikileaks llamó la atención e incluso una serie de medios que aceptaron publicar sus revelaciones, su gran salto tuvo lugar en 2010, cuando sacó a la luz miles de páginas de documentos militares secretos y de cables diplomáticos confidenciales relacionados con las actividades de Estados Unidos en las guerras de Irak y de Afganistán. La reacción de la administración Obama fue inmediata y radical, exigiendo el final de Julian Assange, que se vio sometido a una persecución judicial verdaderamente encarnizada. Sometido primero a acusaciones falsas en Suecia, con la intención de encarcelarlo y poder deportarlo a Estados Unidos, assange consiguió que le otorgaran asilo en una de las embajadas del Ecuador, asilo que acabó concluyendo por presiones de la Casa Blanca.

Hace unas semanas, julian Assange cumplió cinco años de encarcelamiento en el Reino Unido, donde permanece en una incierta situación jurídica desde la que combate la posibilidad de verse extraditado a Estados Unidos. De producirse esa circunstancia, julian Assange podría ser condenado a la pena de muerte o a cadena perpetua. Como era de esperar, la persecución contra Sánchez asestó un golpe mortal a Wikileaks. Hasta 2018, había sacado a la luz más de 10 millones de documentos y análisis asociados. Al año siguiente tuvo lugar la última publicación de documentos originales y, en 2021, la última publicación de todas. Para el año 2022, numerosos documentos de la página web de Wikileaks se habían convertido en totalmente inaccesibles. En 2023, el propio Assange reconoció que Wikileaks no podía seguir publicando ya más documentos, en parte porque él se encontraba en prisión y en parte por el control ejercido por los Estados Unidos. En apariencia, wikileaks había muerto.

En las últimas horas hemos tenido nuevas noticias sobre las razones que desencadenaron la persecución de Julian Assange por parte de la Casa Blanca. Sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes. Primero, en la actualidad Julian Assange está a la espera de que se resuelva si el Reino Unido lo extraditará a Estados Unidos para ser juzgado en este país. Segundo, de ser extraditado a Estados Unidos, la pretensión de la Casa Blanca es que se le aplique una ley de espionaje de más de un siglo de edad, lo que podría desembocar en la condena de Assange a cadena perpetua e incluso a la pena capital. Tercero, entre las razones para la persecución de Assange se encuentra la publicación, en diciembre de 2007, de un manual del ejército de Estados Unidos destinado a los soldados que custodian a los prisioneros del centro de detención de Guantánamo, cuarto. El citado manual recogía procedimientos operativos estándar que se aplican a los reclusos y que chocaban con el respeto a los derechos humanos. Así, entre las medidas se incluían el uso de perros para intimidar a los reclusos o restricciones al acceso al recinto que se imponían a los miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja encargados de que se respete la legislación internacional relativa al trato de prisioneros internacional relativa al trato de prisioneros.

Quinto, en abril de 2010 Wikileaks publicó un vídeo al que se denominó asesinato colateral, de fecha 12 de julio de 2007, en el que se podía ver cómo soldados americanos disparaban sobre un grupo de civiles iraquíes desde un helicóptero AH-64 Apache. El resultado de la acción de los soldados americanos fue la muerte de una docena de personas, entre las que se encontraban dos reporteros de Reuters. Sexto, en julio de ese mismo año, 2010, wikileaks publicó más de 91.000 informes secretos relacionados con el desarrollo de la guerra en Afganistán entre los años 2004 y 2009. Séptimo, entre los datos aflorados por esas filtraciones se encontraba el hecho de que la Casa Blanca había ocultado las matanzas perpetradas por los talibán porque habían combatido contra la Unión soviética y habían sido presentados ante el pueblo americano como luchadores por la libertad. Octavo, en esas filtraciones aparecía también como la casa blanca había ocultado crímenes perpetrados por las fuerzas de invasión de afganistán, como el caso de 195 personas desarmadas a las que se asesinó a sangre fría en la idea de que pudieran ser terroristas.

Noveno, en octubre de 2010, wikileaks llevó a cabo la publicación de 391.832 documentos del Pentágono relacionados con la guerra de Irak en un periodo de tiempo comprendido entre 2004 y 2009. 10. Los documentos ponían de manifiesto que hubo soldados americanos que dieron muerte a civiles en puestos de control e incluían un recuento de víctimas la caída de Saddam Hussein, habían alcanzado en algún momento la cifra de 109.032. De los muertos iraquíes, un 60% eran civiles. Duodécimo En noviembre de 2010, wikileaks publicó más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, revelando cómo esta potencia intervenía en la política de otros países e incluso espiaba a naciones aliadas.

Décimo tercero en abril de 2011, wikileaks publicó casi 800 documentos secretos del Pentágono sobre el uso del centro de detención de Guantánamo para obtener información de sus reclusos De manera bien reveladora. Según estos documentos, de las 799 personas recluidas en Guantánamo, 83 no suponían ningún riesgo para la seguridad de la nación o sus aliados. Sus aliados y de otros 77 se afirmaba que era improbable que representaran una amenaza para eeuu o sus aliados, a pesar de lo cual se les seguía privando de libertad. Décimo cuarto en esa publicación se pudo descubrir que el propio ejército de los e Unidos consideraba que aproximadamente el 20% de los presos había sido conducido a Guantánamo de manera totalmente arbitraria. Décimo quinto en octubre de 2012, wikileaks publicó más de un centenar de informes sobre los procedimientos empleados en la cárcel de Abu Ghraib en Irak y de nuevo en Guantánamo. El propio Assange señalaría entonces que estos documentos ponían de manifiesto la creación de un espacio oscuro en el que la ley y los derechos no existen, donde la gente puede ser detenida sin dejar huella a voluntad del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Décimo sexto en junio de 2015, wikileaks publicó informes de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la NSA, que habían sido elaborados a partir de comunicaciones interceptadas de los presidentes franceses Jacques Chirac, nicolas Sarkozy y François Hollande. Décimo séptimo El material fruto del espionaje de Estados Unidos se relacionaba con cuestiones como la crisis de deuda en Grecia, la dirección de la Unión Europea o las relaciones entre el gobierno francés de Hollande y el alemán de Angela Merkel. Décimo octavo En febrero de 2016, wikileaks publicó documentos que sacaban a la luz el espionaje que realizaba la NSA americana en relación con dirigentes como el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el antiguo primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el entonces secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon. Décimo noveno En marzo de 2016, wikileaks publicó más de 30.000 correos electrónicos recibidos y enviados por Hillary Clinton desde su servidor privado entre el 30 de junio de 2010 y el 12 de agosto de 2014, cuando era secretaria de estado, y vigésimo, los emails de hillary clinton, entre los que se encontraban 27.000 correos electrónicos del comité nacional demócrata, sacaron a la luz aspectos muy graves de la administración obama, como por ejemplo que las fuerzas que combatían al presidente asad en siria no eran rebeldes defensores de la democracia, sino fuerzas islamistas a las que armaba el gobierno de eeuu.

En otras palabras, lo que sucedía en Siria no era un movimiento popular contra el presidente Assad, sin una maniobra del gobierno de Obama para derribarlo armando y valiéndose de los sectores más fanáticos y sanguinarios del mundo islámico, de las comunicaciones, pero también del desvelamiento de la política real desplegada desde la Casa Blanca.

La administración Obama y en especial su secretaria de Estado, hillary Clinton, podían presentar la imagen de un mundo mejor y en paz debido a los esfuerzos de la Casa Blanca, e incluso podían hacer referencia a un respeto a las reglas, pero la realidad es que estaban impulsando políticas muy distintas. La Casa Blanca, por ejemplo, quebrantaba las leyes humanitarias de guerra en el trato a los reclusos de Guantánamo, de los que, por añadidura, sabía que muchos no representaban ningún peligro para la seguridad de Estados Unidos o sus aliados. Habían sido detenidos de manera totalmente arbitraria y seguían privados de libertad durante años sin ninguna razón que lo justificara. La Casa Blanca, por ejemplo, espiaba también no sólo a sus adversarios o enemigos, sino incluso a sus aliados más cercanos. La Casa Blanca, por ejemplo, llevaba a cabo guerras en la que la mayoría de los muertos eran civiles, a los que se daba muerte no sólo bajo el eufemismo de bajas colaterales, sino de la manera más arbitraria e innecesaria.

La Casa Blanca, por ejemplo, conocía los datos de muertes en estas guerras exteriores, y cómo la mayoría eran civiles, sin que estos datos sirvieran para cambiar ni sus acciones ni sus métodos. La Casa Blanca, por ejemplo, provocaba además intervenciones y guerras que disfrazaba de ayuda a luchadores por la libertad, pero que no pasaban de planes para derribar a gobernantes a los que aborrecía, recurriendo incluso a movimientos islámicos fanáticos y sanguinarios. Y finalmente, wikileaks dejaba de manifiesto que una cosa era la propaganda que emanaba desde la casa blanca, refiriéndose a una política sujeta a reglas, y otra era la realidad consistente en que la casa blanca recurría a la matanza de civiles, a las detenciones arbitrarias, a la práctica de tortura, a la incitación a guerras, al respaldo al golpe de estado y al apoyo a grupos de terroristas islámicos para avanzar unos objetivos que poco o nada tenían que ver con la defensa de la democracia, de la libertad y mucho menos de la justicia. Publicar todos esos datos constituía no un acto de espionaje, porque jamás se hizo en favor de una potencia extranjera ni entregando los documentos a una potencia extranjera. Por el contrario, se trataba de un gallardo acto de ejercicio de periodismo, sacando a la luz lo que casi nadie se atrevía a publicar y alertando a la opinión pública de los inmensos peligros que se derivan de un poder que no se sujeta a regla legal o moral alguna y que no tiene el menor reparo en causar la muerte de centenares de miles de seres humanos, en su mayoría civiles e inocentes, para alcanzar sus objetivos reales, por cierto desprovistos de la menor consideración ética.

No es sorprendente que personajes como Hillary Clinton ansiaran cobrarse la cabeza de Julian Assange, y tampoco lo es que la administración Biden continúe en ese empeño después de haber logrado que Wikileaks quede totalmente silenciada. Pero la opinión pública internacional se enfrenta con una disyuntiva muy distinta. Deben ocultarse las acciones de una potencia que espía a sus aliados, que interviene para derribar gobiernos en otras naciones, que procede a la invasión de países por razones discutibles, cuando no escondidas, causando la muerte de centenares de miles de civiles, y que respalda grupos terroristas islámicos para alcanzar sus objetivos o, por el contrario, todas esas informaciones deben salir a la luz para obstaculizar, en la medida de lo posible, que la tortura, los golpes de Estado, las invasiones injustificadas, las muertes masivas de civiles, el espionaje a los aliados o el respaldo a grupos terroristas sigan siendo comunes en la política internacional. Y precisamente por ello, nunca se agradecerá bastante el bien que ha hecho a Estados Unidos y al género humano la labor de Wikileaks.

Según la respuesta que den ustedes a estas preguntas, se pensará que el destino de Julian Sassange tiene que ser la cámara de gas o, por el contrario, una libertad segura desde la que pueda volver al ejercicio de su profesión. Pero no se dejen llevar por el desánimo o la frustración. Y es que, a pesar de que los poderosos muchas veces parecen gigantes, es sólo porque se les contempla de rodillas y ya va siendo hora de ponerse en pie. Mientras tanto, en el tiempo que han necesitado ustedes para escuchar este editorial, la deuda pública española ha aumentado en más de 7 millones de euros y parte de esa cifra va destinada a medios de comunicación para que oculten la verdad y cumplan como sumisas furcias mediáticas. Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches. Les ha hablado César Vidal desde el exilio. Que Dios los bendiga. Esta sección está patrocinada por crowdfunding con el siguiente mensaje Nuestro Señor Jesucristo, el único Dios verdadero, es misericordioso y nuestro Salvador