La Voz de César Vidal

La Biblioteca: "Ropa de casa" y "Crías de animales. Asia." - 26/09/24

César Vidal, Sagrario Fernández-Prieto

Con Sagrario Fernández-Prieto.

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Ropa de casa

Autor: Ignacio Martínez de Pisón.
Editorial: Seix Barral.
300 págs.

El autor fue niño en el Logroño de los sesenta, muchacho en la zaragoza de los setenta y aprendiz de novelista en la Barcelona de los ochenta. Este es un apasionante relato de formación cuyas memorias, literarias y personales, reflejan los profundos cambios vividos por la sociedad española que en pocos años pasó de una dictadura a una democracia consolidada.

Martínez de Pisón posee el don de contar historias y según él mismo afirma, ha aprovechado ese don para contarse y, sobre todo, para contar una época.



Crías de animales. Asia. ¿Quién soy?

Tándem Seceda y Ester García.
Editorial: Kalandraka.

Un álbum para que los más pequeños descubran los animales del continente asiático a través de hermosas ilustraciones y presentada por las crías de algunas especies.

Para prelectores y primeros lectores.




¿Alguna vez te has preguntado cómo los pequeños detalles del hogar pueden contar historias profundas? En esta emisión, nos acompaña la experta Doña Sagrario Fernández Prieto para analizar "Ropa de casa" de Ignacio Martínez de Pisón. Nos sumergimos en medio siglo de vida española a través de las memorias de Martínez de Pisón, desde su juventud hasta su madurez. Hablamos de la transición de su familia tras la muerte de su padre militar y cómo este evento marcó sus vidas, reflejado en elementos tan cotidianos como la ropa de casa.

Rememoramos los años 60, explorando el luto de las viudas y el impacto de la guerra y la posguerra en la sociedad. Compartimos anécdotas conmovedoras y graciosas sobre el temor de los niños a las inyecciones, incluyendo la historia de un hermano pequeño que descubrió de la peor manera que sí tenían aguja. También discutimos las tensiones familiares surgidas por el accidente de coche del padre militar, brindando una perspectiva íntima y humana de estos tiempos difíciles.

Terminamos con una reflexión sobre la evolución de la universidad española desde los años 60 hasta hoy, destacando figuras como Juan Manuel Blecua y María Jesús Lacarra. Analizamos cómo las reformas educativas han impactado la calidad académica y la percepción social de los catedráticos, así como la apertura de nuevas oportunidades para los jóvenes más allá de la educación universitaria. Concluimos con una nota optimista, subrayando la importancia de encontrar alegría en la rutina diaria y la libertad de expresión. ¡No te pierdas este viaje lleno de historia y aprendizaje!

Speaker 1:

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Speaker 3:

La Biblioteca Consagrario Fernández Prieto. Estamos de regreso, y estamos de regreso para tomarnos un respiro de cultura y un respiro a secas, porque vaya programa. El que llevamos hoy Es que esto ha sido trepidante. Bueno pues, ¿con quién nos vamos a tomar mejor un respiro de cultura que con Doña Sagrario Fernández Prieto y en su biblioteca? Muy buenas noches, doña Sagrario. ¿qué nos trae usted hoy?

Speaker 4:

Muy buenas noches, don César. Pues hoy le traigo un libro de un autor español conocido. Ha publicado bastante Y este es el último libro que acaba de salir. Estoy hablando de Ignacio Martínez de Pisón Y el libro se titula Ropa de casa y lo edita Seix Barral.

Speaker 4:

Martínez de Pizón nació en Zaragoza en 1960 y ha residido en ciudades diferentes De Zaragoza. Se fue a Barcelona y ha recibido muchos premios. También Ha tenido mucho éxito. Ha publicado muchas novelas y ahora vamos a esta, a la última, a la crónica familiar y social de medio siglo de vida española, que es lo que es esta novela. Es muy curioso, como autores que han publicado muchísimo de temas muy variados, llega un momento, ya bien pasada la madurez, como es el caso del que tratamos hoy, que miran la vista atrás, hacia lo personal, empiezan a recordar por supuesto han recordado toda la vida pero empiezan a sentir la necesidad de plasmar todo. Yo creo que es el miedo a que se les pueda olvidar. Entonces es escribir de todo lo que pasó antes de que se les pueda olvidar, y desde luego es lo de todo lo que pasó antes de que se les pueda olvidar. Y desde luego es lo que hace Martínez de Pizón en esta novela, porque esta ropa de casa.

Speaker 4:

También el título es muy curioso. He buscado a ver si hay alguna expresión en particular para que ropa de casa tenga otra acepción que la evidente. La ropa de casa es la ropa que se utiliza en casa, y alude pues a las sabanas, los manteles. No hay nada más casero que toda esa ropa que utilizamos en casa y que no sale de la casa. No es la ropa que te pones para salir, es la ropa que se utiliza en casa, el menaje que se decía antes y que las madres preparaban para las bodas de las hijas.

Speaker 4:

Pues, en este libro lo que hace Martínez de Pisón es centrarse en el tiempo de su juventud, después de su adolescencia, de su primera madurez. Va analizando su vida, paso por paso, viendo las casas, los pisos en los que vivieron, contando lo que le pasó a su padre, un militar que tuvo un accidente fatídico y los dejó huérfanos. Pero él hace mucho más, porque, al ir recordando a todas las personas de su familia, eso le obliga a recordar periodos anteriores, porque recuerda la guerra civil o incluso antes de la guerra civil. Por ejemplo, en el momento en que va a ver a su abuela y hablando con su abuela, recuerdan al abuelo y recuerdan esas etapas de todo lo que le llega, de todas las personas con las que habla, de sus propios recuerdos. Iba contánd, la madre se quedó viuda con la pensión de un militar.

Speaker 4:

En esa época era muy difícil vivir y mantener a seis o siete hijos que tenía seis o siete hijos, de modo que esa burguesía acomodada pasó a ser una clase media con apuros para llegar al final de mes, como había tantas otras. Y ha llamado la atención. Es ese punto en el que todos nos parecemos y hemos sentido cosas peculiares Recordar, por ejemplo, la humedad y el frío que hacía en la infancia en las casas en las que vivíamos, aunque fueron buenas casas y buenos pisos, no había las calefacciones que fueron llegando mucho después, las calefacciones centrales, de modo que la humedad y el frío es un recuerdo constante. Todas las personas con las que yo he hablado y me han contado su infancia hablan del frío que pasaron en el colegio y en su casa. Y también coincide otra cosa a pesar del frío, de la humedad, de los padres autoritarios, de los castigos en el colegio, todos los recuerdos son felices.

Speaker 3:

Bueno, yo creo que eso va por barrios. Hay gente que los recuerdos son felices y hay gente que tiene recuerdos muy infelices y que luego está muy resentida.

Speaker 4:

Yo creo que varía.

Speaker 3:

Vamos a ver. Yo tengo que decir que yo tengo recuerdos que me consta que no fueron de felicidad y sin embargo, cuando los recuerdo ahora me dan risa, o sea me provocan una reacción cómica. El paso del tiempo ha hecho que, lóógicamente, no sienta el frío, o el profesor que me quiso pisar la cabeza en una ocasión literal, o cosas de ese tipo, y por el contrario, yo de pronto veo a Don Basilio, cuando me quiso pisar la cabeza, y me parto de risa, o sea me siento en el sofá y ahí me permito estar riendo menos minutos a mandíbula batiente, recordando aquello, o sea muchos de mis recuerdos de infancia, adolescencia, juventud y tal me vienen y me provocan una reacción cómica, pero yo soy bastante consciente que no tuvieron nada cómico cuando sucedieron. Y luego hay otros que sí, que recuerdo y efectivamente son felices, pero todo, todo feliz.

Speaker 4:

Desde luego, en mi caso le puedo asegurar que no se recuerda el frío y la humedad de un piso tan grande y se recuerda al mismo tiempo las carreras que daban con los hermanos en el pasillo, y se recuerda no poder comer nada antes de la hora de la cena, porque no había nada que comer y tenías que aguantarte, porque tenías que comerte por obligación, lo que hubiera de cena, aunque no te gustara. y sin embargo, disfrutar con sabores y con sopas que entonces se quejaban de las sopas, es la nostalgia. Yo creo que, en definitiva, la palabra clave es la nostalgia.

Speaker 3:

Yo creo que es la idea, y sobre todo es la idea de que entonces tenías toda la vida por delante y ahora la tienes casi todas las espaldas.

Speaker 4:

Sí, efectivamente, y entonces tenías. El cariño es fundamental en todas las etapas, pero cuando eres un niño es fundamental, es necesario, es parte de la vida un niño que crece sin cariño, algún hijo que sea más o menos comunicativo. Pero bueno, en general las familias numerosas se agrupan de dos en dos, de tres en tres, según las edades, y suelen hacer cosas juntos y hay recuerdos, por ejemplo un recuerdo que también coincide con Pinson y con otras personas que me lo han dicho, la música de la radio entrando por las ventanas del patio interior.

Speaker 2:

Yo eso lo recuerdo de mi infancia yo no escuchaba la radio.

Speaker 4:

Pero sí, recuerdo a las personas que trabajaban en casa, recuerdo a mi madre que en vez de poner ellas la radio, pues les gustaba estar allí haciendo sus cosas y estar oyendo la radio que estaba escuchando otro vecino, la emisora que escuchaba otro, o algo que también ahora es más difícil oír a los vencejos por la mañana. Ahora es muy difícil escuchar a los pájaros por la mañana porque vivimos en ciudades, la mayoría. Si vives en pueblo ya es otra cosa, pero viviendo en ciudades escuchar pájaros por la mañana que te despierten es muy difícil, porque hay mucho tráfico y los pájaros se asustan y se van Y hay cosas que evidentemente sí cambian Y luego otras que se recuerdan porque ahora no existen no-transcript.

Speaker 3:

haber subido alguna vez yo el bloque de hielo, o sea, yo eso sí lo he vivido siendo muy pequeño, porque fue antes de la aparición de los frigoríficos, cuando lo que había era nevera. y recuerdo cómo se colocaba la barra de hielo la barra la llamaban en casa la barra de hielo y como al día siguiente de la barra no quedaba nada, quedaba un charquito de agua, lo recuerdo como si lo estuviera viendo ahora mismo.

Speaker 4:

Sí, sí, yo recuerdo que viviría lo mismo por el tema de las neveras, pero no recuerdo preocuparme por el hielo. Aquello funcionaba. Supongo que con hielo, y también. Otro referente que nos va a hacer sonreír es el Duralex. Usted recordará las vajillas de Duralex, seguramente.

Speaker 3:

No la recuerdo porque fueron una innovación tremenda, porque fue pasar del plato de loza al plato de cristal. Que bueno, aquello era el colmo de la finura y la elegancia. Nada que se pareciera a lo que había antes.

Speaker 4:

Sí, sí, el duralés fue un gran invento. Yo tenía mucha manía a los platos que eran de color miel, porque además eran los que utilizaban en el colegio. En mi casa, afortunadamente no eran eran de ese color, pero sí fue un gran invento. Y luego otra referencia es que en esa época los niños cantaban. Yo soy feliz. En América esto no puedo, no sé muy bien, yo tengo un tío en América.

Speaker 4:

Sí, la música era la misma, era la de West Side Story sí, y decían que la cambiaban diciendo Yo tengo un tío en América que era mucho más importante tener un tío que ser feliz en América.

Speaker 3:

Yo tengo un tío en América, o sea, eso recuerdo haberlo oído cantar.

Speaker 4:

Sí, efectivamente, pues nada, que había llegado la época que se llamó el desarrollismo, la época del desarrollo. Pues nada, que había llegado la época que se llamó el desarrollismo, la época del desarrollo. Y en esta época fue cuando llegaron los 600, la gente se compraba un 600, poco después se le iba bien, se compraba un Renault, después un Renault mejor, con más potencia, así poco a poco. Otra cosa que creo que le va a recordar a usted es el colegio de los Escolapios. Él estudió en el Colegio de los Escolapios.

Speaker 3:

Hombre que me lo recuerda. ¿qué me va a decir usted si yo creo que no hay día que no me acuerde de ellos? Lo digo sin exagerar. ¿eh, o sea por pitos o por flautas, yo creo que no hay día que no me acuerde de algún episodio, en mi caso de las escuelas Pías, de San Antón, en el caso de otros escolapios, pero yo creo que no hay un día que, por H o por B, no recuerde algo.

Speaker 4:

Y ahí me pasa lo mismo.

Speaker 3:

hay algún recuerdo que tengo que es muy agradable y lo recuerdo con mucho afecto, y otros que me río, pero me río por lo terroríficos que eran, o sea se suponía que esta gente, en algún momento de su historia, estaba en la vanguardia de la pedagogía. No quiero pensar cómo serían los de la retaguardia, o sea. sinceramente se lo digo. Sí, sí, efectivamente Si esto era la vanguardia, vamos en fin. No quiero pensar cómo serían los más atrasados.

Speaker 4:

Y los colegios de chicos. Yo creo que fue más duro todavía En las de chicas. Creo que lo pasaban mal las internas. Yo he tenido muchas amigas, todas somos de colegios de monjas. Yo no sufrí, otras que conozco tampoco. Y siempre queda ese puntito si hablas con alguna que estuvo interna, es que tú no estabas interna, bonita.

Speaker 3:

O sea que debía de ser lógicamente muy diferente. Bueno, los internos masculinos tampoco, creo yo que lo pasaran muy bien.

Speaker 4:

Que lo pasaran bien efectivamente.

Speaker 3:

Usted recuerde que la amenaza era te voy a mandar interno.

Speaker 4:

Sí, sí, sí, Te meto interno, como se llama? Te meto interno, te meto interno.

Speaker 3:

Te meto interno. ¿no, Efectivamente.

Speaker 4:

Pues era ese país y era también, que esto es muy curioso y es cierto, te hace pararte a pensar en algunos aspectos y te das cuenta de que es cierto. Él dice que durante muchos años España fue un país de viudas. Luego bromea y dice hasta los caramelos, como la viuda de Solano, es la broma. Pero si es cierto, es lo del país de viudas. Y yo recuerdo la cantidad de mujeres cuando yo era pequeña o era adolescente ya, y vestían de negro porque además las viudas no se quitaban el luto en esa época, se quedaban viudas y iban de negro ya hasta que se morían y además iban a misa con velo.

Speaker 3:

Yo conocí viudas totalmente, yo recuerdo. Yo recuerdo algunas viudas de esas. Por ejemplo, me acuerdo de una señora que tenía un comercio de ultramarinos muy modesto, una emigrante de Andalucía, que esta señora se la conocía como la viuda Acércate a la viuda por un litro de aceite o cosas de ese tipo, te decían, y yo tardé años en enterarme de que se llamaba Osefa O sea. Tarde años porque todo el mundo la conocía como la viuda. Iba de negro, de luto, riguroso y había muchas viudas, es verdad, y se veía muchísima gente de negro, por regla general mayorció, pero durante los 60 era muy habitual. Como había muchas viudas, se veía mucho, y es que se daba la circunstancia de que no solamente se moría la gente. Entonces es que muchas eran viudas porque habían quedado viudas en el periodo de la guerra o de la posguerra.

Speaker 4:

Sí, pues así, recordando muchos aspectos, va indagando en la figura del padre, que era un militar franquista y llevaba una vida rutinaria de militar, excepto por un hecho, y es que este hombre tuvo la mala suerte de que tuvo un accidente. Un accidente de coche atropelló a un hombre que se le cruzó de forma accidental y estuvo procesado poco más de un año entre el 52 y el 53, por ese atropello. O sea, no fue nada relacionado con lo militar, digamos, pero el caso es que eso le hundió muchísimo para futuros ascensos, y le hundió mucho anímicamente. Fue una casualidad, un atropello casual, y seguramente el culpable sería el que no estaba del peatón.

Speaker 4:

Vamos, el padre tuvo un bajón anímico importante. Le dejaron claro que ya no iba a seguir ascendiendo en todas partes una dureza de normas. Pero bueno, si ha sido un accidente, ese fue el detonante para que el padre desapareciera de la familia poco tiempo después, intercalando porque todo se une¿? Recuerdas la tensión que había en casa porque pasaba algo con tu padre y a ti te lo explicaban a medias y en mitad de todo eso alguien te decía que no te recordaras que ese día venía el practicante porque te tocaba inyección Y las inyecciones eran lo más terrible que había para los niños de esa época el miedo a las inyecciones. De hecho, había padres que decían que, como no hicieras o dejaras de hacer determinadas cosas, te iban a poner una inyección en vez de tomar una pastilla, y luego otra cosa que me ha hecho mucha gracia A mi hermano.

Speaker 3:

Durante años le estuvieron convenciendo de que le ponían las inyecciones sin aguja.

Speaker 3:

Sí, sí o sea hubo, hubo, hubo. Yo recuerdo algún episodio no voy a contar aquí porque fue impresionante en que siendo muy pequeño debía de tener, pues tres años, una cosa así. Lo tuvieron que perseguir por toda la casa para conseguir arrinconarlo al final en el cuarto de baño y poderle poner la inyección. Bueno, se ponía que no veas, hasta que llegó un practicante que era un señor muy mayor, muy mayor, y que le convenció de que se las ponía sin aguja. Y durante años le fueron poniendo inyecciones y el pobrecito estaba convencido de que se las ponía sin aguja.

Speaker 3:

Pero un día ese practicante no pudo ir y vino otro, y cuando mi hermano vio que sacaba una aguja de aquella caja que llevaban las jeringuillas, las agujas y tal, mi hermano se puso histérico y dijo que a él las inyecciones se las ponían sin aguja. Y el practicante, con una cara de sorpresa, dijo pero eso es imposible, porque el practicante no había caído en la sutileza del engaño al que sometían a mi pobrecito hermano. Y bueno, hubo que salir ahí con una historia y la cosa salió adelante. Pero durante años al pobre infeliz, lo engañaron como a un chino diciéndole que le ponían las inyecciones sin aguja.

Speaker 4:

Era por su bien, como dirían nuestros padres.

Speaker 3:

Exactamente, siempre era por nuestro bien, era así.

Speaker 4:

Y por el practicante, que si no le hubiera dado patadas o quién sabe quién sabe.

Speaker 3:

Al que lo arrinconó en esa ocasión sí que le dio patadas antes de echar a correr y le llamó unas cosas terribles que no voy a repetir aquí y que además no está bien decirlas cuando eres un adulto. Pero claro, si la dice un niño de dos o tres años, usted imagínese la monstruosidad.

Speaker 4:

Bueno, otro detalle familiar Todos tenían que estar callados durante el parte meteorológico. Esto también nos pasaba a todos. Supongo que a usted también.

Speaker 3:

Podíamos estar hablando durante la comida, aunque El tiempo que decían era muy importante. Sí, sí.

Speaker 4:

Entonces podías estar comentando algo, no demasiado, porque no te dejaban hablar. Mucho en las comidas, mucho en las comidas.

Speaker 3:

Y de repente tu padre decía callar, callar todos, que empieza el tiempo Y tenías que estar callado mientras daban el parte, como se decía en muchos sitios El parte era la radio, y yo recuerdo, cuando no había televisión y había radio, de pronto se oía aquello de Y entonces, cuando se daba la musiquilla, silencio, que van a dar el parte, o sea, lo seguían diciendo como en la época de la guerra, que se conocía como el parte porque era el parte de guerra. ya más se vea parte de guerra, tercer año triunfal, no sé qué, y era así. bueno, pues aquello, para los que habían crecido en el periodo de la guerra, como era mi padre, aunque le pillara como un niño, aquello seguía siendo el parte.

Speaker 4:

Así es. Pues bien, hay muchos detalles. supongo que algún otro quizás salga, y esta novela, es decir, no es una novela, es un libro de recuerdos. La gran protagonista es la madre. La madre es un personaje muy especial, muy echada para adelante, como diríamos ahora. Estuvo casada unos 10 años porque el marido murió muy joven, casada de 10 años y viuda 50, era una mujer que fumaba, lo cual ya en su época empezaban a fumar las mujeres pero en su época era raro y se la criticaba que habían sido educadas para dedicarse a la casa y los hijos.

Speaker 4:

A partir de este tiempo, de estos años, ya empezaban a cambiar las cosas. Las mujeres habían estudiado, habían ido a la universidad, trabajaban muchas y eso empezaba a cambiar. Pero en su generación todavía estaba claro que se iba a dedicar a la casa y los hijos y eso era lo que tenía que aprender y lo que tenía que hacer. Bien, pero como yo he oído muy a menudo de pequeña, tuvo la suerte de quedarse viuda que esto yo lo he oído muchas veces. Y cuando se quedó viuda se incorporó al mundo laboral. Porque no le quedó más remedio, porque tenía una pensión de viuda de militar que era muy baja y no podía mantener a todos los hijos que tenía. Estamos hablando de los primeros años 70. La madre del autor se quedó viuda en 1972 o 75, a principios de los 70. De modo que tuvo que empezar a trabajar. Pero resultó que era una mujer con muchas ideas, una gran emprendedora.

Speaker 4:

Empezó buscando trabajo de dependienta, que era lo más común en las mujeres. Estuvo en una tienda de dependienta. Allí sacaba muy poco, trató de compaginar dos tiendas siendo dependienta. Seguía sacando poco y trabajaba muchísimo y no veía a los hijos. Entonces se le ocurrió ya que estoy aprendiendo tanto de tienda en tienda, voy a montar una. Yo. Entonces montó una tienda, la tienda le fue de maravilla. Después de esa tienda montó otra y acabó teniendo dos o tres tiendas en Zaragoza de las que pudo vivir toda la familia.

Speaker 3:

Es que es la época en que una familia podía vivir de una tienda porque como no pagaba impuestos, es decir pagaban una cantidad ridícula por tener abierta la tienda, que era una ridiculez, y la pagaban una vez al año, pero no pagaban impuestos ni al ayuntamiento, ni al poder autonómico, ni al estado central. Y entonces, pues, con una tienda podían vivir y la gente que era más avispada y a lo mejor tenía algún hijo o una hija que lo tenía en la tienda todo el día, también, pues podía abrir una segunda tienda, o sea esa es la realidad, abrir una segunda tienda, o sea esa es la realidad En una ciudad como Zaragoza. Pues, yo me acuerdo que cuando yo visité por primera vez Zaragoza, había muchísimas tiendas, como las había en el Madrid de mi primera infancia. Cuando yo vivía en Zaragoza, cada vez que yo salía a la calle iba viendo las tiendas que iban cerrando porque los tenían con un peso tal de impuestos que todos iban cerrando, todos iban cerrando.

Speaker 3:

Y además la gente que era muy mayor, y ya es que se retiraba porque iba a trabajar gratis para el ayuntamiento o el gobierno autonómico, etcétera, pues esa gente no conseguía traspasar la tienda porque ya no era un negocio. Yo recuerdo muchas tiendas en Zaragoza en la etapa en la que yo vivía, en los 90, que se cerró la tienda y tapiaron la entrada del local. No sea que entrara allí alguien O sea. Este hombre vivió la época en que en España había muchas familias que se quitaron el hambre gracias a una tienda.

Speaker 3:

No tenían horario, trabajaban ni se sabe, eran como los chinos de ahora, para que la gente que no vivió aquella época nos lo entienda. Pero es que ahora es imposible. O sea tú, ahora, antes de abrir la tienda, ya estás soltando dinero en impuestos tú ahora, antes de abrir la tienda, ya estás soltando dinero en impuestos?

Speaker 4:

Sí, y es mucho más difícil de mantener, porque entonces no había los grandes almacenes que hay ahora y no había las compras por internet que hay ahora, que es lo que está matando en estos momentos el comercio. Bueno y los grandes almacenes.

Speaker 3:

Vamos a ver, existían galerías Preciados. Existía el Corte Inglés, existía Sepu, que era una cadena de almacenes judíos que venía de la época de la República y que era como una especie de Corte Inglés en pobre. Y existía Saldosarias, que era ya como una especie de Galerías preciadas, yo no sé si en pobre o ya en cutre, y eso era lo que había. Y cuando la gente decidía ir a alguno de esos sitios, como decía mi abuela, subimos a Madrid. O sea, nosotros que vivíamos en Madrid, pero que vivíamos en el Puente de Vallecas, cuando íbamos a Sol, que eran 10 minutos de metro, 10 minutos sub a Sol, que eran 10 minutos de metro, 10 minutos, subíamos a Madrid.

Speaker 4:

O sea, vamos como el que se va a Bruselas ahora Sí, sí.

Speaker 4:

Bueno, pues, llega a los años 70, a 1975, habla de Arias Navarro anunciando la muerte de Franco en blanco y negro y dos días después, dos días después, la proclamación del rey Juan Carlos, en color Transmite muy bien esa sensación de algo material, tecnológico, que va deprisa y algo que quizá pudiera compasarse a esas prisas en la renovación de los políticos. Qué es lo que va a pasar ahora que se ha muerto este? en fin, todo ese movimiento que hubo esa inquietud para muchos de qué iba a pasar? Recuerdo el miedo de las personas mayores cuando se muera Franco. Era como una especie de losa que tenían encima. ¿qué va a pasar cuando se muera Franco? Pues bien, recuerdo el anuncio de Arias Navarro en blanco y negro. Recuerda la proclamación del rey, recuerda el golpe de estado del 81, y luego ya pasa a la universidad. Y en la universidad todavía conoció profesores interesantes. Estuvo a Blecua, a Juan Manuel Blecua, a su mujer, maría Jesús Lacarra, que también era buena. Era una universidad interesante, digo todavía ahora no sabría definir como es Kito, todavía aquella era muy mediocre.

Speaker 3:

Es decir, la universidad en los años 60 tenía gente de muchísimo nivel en España, posiblemente más en humanidades y en derecho que en ciencias, eso sí es verdad. Y en los años 70, todavía todavía vivía de aquella gente de los 60 y de discípulos directos de los de los 60, que a veces eran tan buenos como ellos. Y a partir de los 80 y de la ley que creó el Partido Socialista para que las plazas se las quedaran los amiguetes, la universidad empezó a caer en picado y no ha dejado de caer. Yo recuerdo que cuando yo leí mi tesis doctoral en Historia, que debió de ser en el año 90, uno de los miembros del tribunal de tesis me dijo mira, la universidad es un desastre y para poder remontar el desastre de la universidad tendríamos que hacerla ahora de nuevo y dentro de 30 años veríamos los resultados.

Speaker 3:

Eso lo decía. Estoy hablando del año 90, me parece que fue. Y desde entonces no ha dejado de caer. O sea que ahora, pues yo que sé, habría que fusilarlos a todos y a lo mejor con gente muy buena. A la vuelta de medio siglo la cosa había remontado.

Speaker 4:

Difícil. Bueno, el tema de la universidad ha cambiado mucho, pero claro ya las comparaciones son difíciles, son raras. Yo creo que el gran cambio ahora es la cantidad de gente que se ha ido fuera y ha vuelto con otras ideas y puede comparar. Y también otro gran cambio es que ya no hay la obsesión que había hace años por parte de cierta clase social de que los hijos fueran a la universidad.

Speaker 4:

Ahora ya ha quedado claro que la universidad no te garantiza nada y se han empezado a abrir otras posibilidades y a que esas posibilidades sean apetecibles para las personas que van a estudiar, de modo que ese mundo de la universidad, quizás, sea de lo que más ha cambiado.

Speaker 3:

Y además el catedrático hoy en día no es nadie. Es decir, vamos a ver, yo vivía el final de una época en que un catedrático de universidad, bueno, era la locura y en capitales de provincias no vamos a hablar porque todavía en Madrid era una ciudad más grande, etc. Pero en capitales de provincias no vamos a hablar porque todavía en Madrid era una ciudad más grande, etc. Pero en capitales de provincias un catedrático de universidad, Bueno, yo he oído hablar de cierto catedrático y decían que lo único que le faltaba ya era ser fallera mayor, O sea, era una institución, era importantísimo.

Speaker 3:

Pues ya, en los años 90, y me atrevería a decir que en los 80 los catedráticos de universidad, pues muy bien, pues encantado y me alegro, Como además muchos de ellos tampoco eran gente destacada ni eran sabios como gente que los había precedido, pues bueno, pues tampoco es sorprendente. La sociedad cambió y lo llevaron muy mal. Llevaron muy mal porque de pronto, los 80, los 90 y más adelante, descubrieron que cualquier pilingui que aparecía en televisión era mucho más importante que ellos. Y usted no sabe el hondísimo sufrimiento que eso le causó, a muchos catedráticos.

Speaker 4:

Pues, en resumen, es toda una serie de recuerdos de toda esta época, cosas que te hacen pensar. He mencionado, por ejemplo, que habla de los carnés de familia numerosa y de los premios a la natalidad. Recordemos aquellas fotos que salían en la prensa con una familia, el padre y la madre. La madre siempre tenía el último bebé en brazos y estaban por según la altura. Habían colocado a todos los niños que les habían dado un premio porque a lo mejor habían tenido 12, 13 o que se yo muchísimos de eso. Hay muchas más cosas, pero se pasa, por ejemplo, al entusiasmo izquierdista que hubo en la transición, cuando mucha gente pensó que es que la transición iba a suponer un país completamente diferente, tan moderno como los más modernos de Europa, y todos íbamos a vivir muy bien y además había mucha alegría.

Speaker 4:

Pensando en esto y hablando de la transición, la gente se ponía contenta estamos viviendo. Es raro darte cuenta de la época que estás viviendo y darle un nombre. Sin embargo, con la transición sí pasaba. Estamos viviendo una transición y todo es diferente y es mejor. De hecho, se quería pasar el tema de la transición a aspectos que no tenían nada que ver con la política. Como estábamos atravesando la transición, muchas otras cosas tenían que ser supuestamente más fáciles. Es decir que la palabra transición marcó unos años muy importantes del siglo XX de este país Y, sobre todo, habla también no sobre todo, porque habla de tantas cosas al hablar de los años finales del franquismo, habla también de los debates que hubo en esa época sobre la pena de muerte. Habla también de las relaciones prematrimoniales era todo lo que estaba en la sociedad en esos momentos o del éxito que tuvo Jesucristo Superstar, que lo vio absolutamente todo el mundo y cantaban las canciones Y que hoy en día llama la atención porque ha envejecido fatal esa película.

Speaker 4:

Yo no he logrado ni recordar ninguna canción de Jesucristo. Supongo que cuando la oiga, sí, pero no he logrado recordar ninguna.

Speaker 3:

Vamos a ver. No quiero pecar de presuntuoso, pero yo creo que ahora mismo me podría cantar la ópera entera. O sea, yo la oí tantísimas veces y se lo digo porque he tenido la experiencia, hace poco, o sea, de oír alguna de las canciones y yo seguía la letra, pues sabía la letra. O sea que se ve que no sé lo que tengo que hacer esta tarde sin consultar la agenda, pero la letra de todas las canciones de Jesucristo Superstar, que tampoco es que fuera el colmo de la sofisticación yo creo que la recuerdo íntegra, sin mayor historia. Ahora le digo que ha envejecido miserablemente, porque yo que me compré el doble LP y que lo escuchaba todas horas y que me acabé aprendiendo las canciones de memoria de escucharlas, y que en su día me parecía que la película era muy interesante, etc. También le digo que la he vuelto a ver y me ha parecido que ha envejecido terriblemente.

Speaker 3:

O sea, es una película para su época Y el éxito que tuvo en su día se explica Y, conociendo la España de la época, que le cambiaron algunos subtítulos porque los encontraban provocativos, todavía se explica más. Pero la película ha envejecido terriblemente. O sea, no es My Fair Lady, que la he vuelto a ver hace unos meses y me ha parecido mejor que nunca, por ejemplo, o otros musicales. No, no ha envejecido, pero terriblemente, como los actoresores, me imagino.

Speaker 4:

Claro pues, en fin, que es un libro con infinidad de nombres, con mucho valor, con mucha forma, de mucho valor en cuanto a la identificación. lo hace muy bien, no busca el sentimentalismo en absoluto, simplemente va constatando lo que se fue viviendo Y el gran valor del libro y la gran protagonista, sin ninguna duda, es la madre. Hace un retrato de la madre fantástico, esta viuda joven que tuvo que reconvertirse de ama de casa en empresaria para sacar adelante a su familia, ama de casa en empresaria para sacar adelante a su familia. y el valor general es lo que digo, la cantidad de recuerdos que despierta, la identificación y, lo más importante, que todo eso lo cuente, bien que para eso es un libro literario, de modo que aquí les dejo esta ropa de casa de Ignacio Martínez de Pizón ¿Y para niños o jovencitos qué tenemos?

Speaker 4:

Muy jovencitos porque son prelectores, y el título del libro es ¿Quién soy? Siempre que tengamos un libro que es, ¿quién soy pues para prelectores? cuatro, cinco, es una colección de Calandraca que habla de animales, en concreto de crías de animales. Y este, en cada continente, han buscado un animal que distinga ese continente, que sea una imagen de ese lugar no-transcript. Y ya, con esto he acabado, don César.

Speaker 3:

Bueno, bueno, bueno, me parece estupendo. Yo le voy a poner una canción de la época. Y le voy a poner una canción de la época porque además es una canción que le sacaron bastante el jugo. O sea, la grabó Gelu que la cantaba con un tono de voz muy especial, era la canción de comienzo de una película de la época que hablaba sobre todo de los jóvenes, etcétera, etcétera. Pero luego es una canción que yo la conocí siendo niño por la radio, porque se oía la canción cuando decía eso de sí, sí, sí, sí, siempre es domingo, y a continuación decía muebles domingo. Y yo decía sí, que tiene que ir, los muebles les han puesto domingo, por el día de la semana. O sea, en mis cuatro o cinco años no terminaba yo de captar la historia, pero efectivamente el señor se llamaba Domingo y como vio lo bien que iba aquella historia, pues se anunciaba en Radio Madrid como Muebles Domingo.

Speaker 3:

Hay varias canciones, varios anuncios de cuando yo tenía seis, siete, ocho años de la radio que yo me quedé con la música porque estaba muy bien puesta, de los anuncios. Otra era, por ejemplo, la marcha del elefantito de Hatari, que cuando yo me enteré que no era de un anuncio, que no recuerdo que anunciaba, sino que era de una película y lo vi en el cine, me quedé sorprendidísimo. O sea, aquello era el anuncio de no sé qué. No recuerdo qué anunciaba, pero vete a saber lo mismo la joyería Boussian, pero no estoy seguro. En cualquier caso esta sí sonaba y claro ya, cuando decían lo de muebles domingo, ya no había más que la verdad. De modo que le dejo esto y nos encontramos el lunes de la semana que viene.

Speaker 4:

Dios mediante, Estupendo César hasta el lunes.

Speaker 5:

Sí, sí, sí sí. Estupendo don César. Hasta el lunes. Sí, sí, sí, sí.

Speaker 4:

Siempre es domingo.

Speaker 5:

No me preocupa, ni me asusta el porvenir. Cada día, cada hora. Es domingo, es domingo para mí. Sí, sí, sí, sí.

Speaker 3:

Y con este Siempre es domingo, a pesar de que sea jueves de Gelu, hemos llegado nosotros al final de nuestra singladura de hoy del programa La Voz. Esperamos que se hayan entretenido, que lo hayan pasado bien, que incluso hayan aprendido una o dos cosillas útiles, y los emplazamos para mañana, dios mediante, en el mismo lugar y a la misma hora Y, como siempre, nos despedimos con una despedida sureña ¡God bless you. ¡que Dios los bendiga.

Speaker 1:

El programa La Voz es una producción de Actorious Incorporated y al amparo del derecho a la libertad de expresión, no se hace responsable de las opiniones vertidas en el curso del mismo Y cada hora es domingo. Es domingo para mí.

Speaker 2:

Siempre es domingo. Siempre es domingo, ni lunes, ni martes, ni jueves, ni viernes, ni sábado, ni cerca de ti. Siempre es domingo. Oh, oh, mingo, siempre es domingo amigo. Siempre es domingo amigo. Siempre es domingo amigo, siempre es domingo amigo.

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