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Vida Sana: Libérate de la Disbiosis - 29/01/25
Por Elena Kalinnikova.
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El estómago es un órgano y una barrera para evitar que las infecciones lleguen al intestino delgado y, por lo tanto, a todo el cuerpo.
En un intestino delgado saludable, en su parte superior, no debería haber muchas bacterias, ya que allí se libera bilis, así como enzimas del hígado y del páncreas, que llegan al duodeno a través del conducto biliar común, lo que detiene su proliferación. Pero esto solo ocurre en quienes no tienen disbiosis. Sin embargo, en las partes inferiores del intestino delgado y en todo el colon hay muchas bacterias. Y es aquí donde comienza lo más importante e interesante.
Este episodio profundiza en la disbiosis y cómo la alimentación impacta nuestra microbiota y, por lo tanto, nuestra salud general. Se enfatiza la importancia de consumir alimentos vivos y evitar el exceso de alimentos procesados para mantener un equilibrio adecuado en el intestino.
• Discusión sobre la disbiosis y su impacto en la salud
• Explicación de la importancia de una microbiota equilibrada
• Consejos para mejorar la salud intestinal mediante la dieta
• Relación entre la salud intestinal y la salud mental
• Estrategias para restablecer el equilibrio de la microbiota
Esta semana, les animamos a hacer un cambio en su dieta hacia alimentos vivos y ricos en nutrientes.
Recuerda que puedes escuchar este audio horas antes de su estreno y sin publicidad, suscribiéndote en cesarvidaltv. ¡gracias. Vida Sana con Elena Kalin-Nikova Estamos de regreso. Y estamos de regreso para dar inicio a ese programa doble y sesión continua que todos los miércoles, en La Voz, dedicamos a la salud. En primer lugar tenemos a Elena Kaliníkova, y ya saben, ustedes, que nos va a hablar de la vida sana, de la existencia saludable, del naturismo, y después daremos un salto cualitativo y nos iremos a la salud de la mente, a la salud de la psique, y ahí quien nos echará una mano será don Miguel Ángel Alcarria.
Speaker 2:Pero ya ha llegado, elena. Elena, cuéntanos por dónde vamos a ir hoy. Muy buenas noches, césar. Pues, vamos a seguir con la disbiosis y vamos a ver cómo podemos liberarnos de ello. Pero antes me gustaría profundizar un poquito más para entender el mecanismo de cómo, de hecho, se forma la bacteriosis y, por lo tanto, cómo podemos deshacernos de ello. Entonces, el estómago es un órgano y una barrera para evitar que las infecciones lleguen al intestino delgado y, por lo tanto, a todo el cuerpo. En el intestino delgado saludable, en su parte superior, no debería haber muchas bacterias, ya que ahí se libera bilis, así como enzimas del hígado y del páncreas que llegan al duodeno a través de conducto biliar común, lo que detiene su proliferación, y por esto solo ocurre en quienes no tienen disbiosis. Sin embargo, en las partes inferiores del intestino delgado y en todo el colon hay muchas bacterias, y es aquí donde comienza lo más importante e interesante. El número total de microorganismos que habitan en el tracto gastrointestinal humano es 10 veces mayor que el número total de células de nuestro cuerpo. El peso total de todas las bacterias del tracto gastrointestinal oscila entre 1 y 5 kilogramos y en un solo gramo del contenido del colon, donde se encuentra la mayor cantidad de bacterias puede haber hasta 250 mil millones de ellas. Eso es en un solo gramo, es decir una barbaridad. Y en el cuerpo humano hay más de 500 especies de bacterias Y el equilibrio saludable de la microbiota es al menos de un 90% a favor de la flora intestinal simbiótica frente al 10%.
Speaker 2:Es decir, un 90% de nuestra microbiota debería estar poblada por las bacterias buenas entre comillas, y tan solo un 10% restante podría contener a las bacterias malas. Y nuestra salud depende directamente del funcionamiento y equilibrio de nuestra microbiota simbiótica. Y esto depende en primer lugar de nuestra alimentación y en segundo lugar de otros factores de nuestra vida. Es decir, no solo la digestión, sino también la absorción y asimilación de los nutrientes y elementos esenciales dependen directamente del funcionamiento de nuestra microbiota intestinal. Por ejemplo, si una persona tiene pancreatitis crónica o colesistitis crónica, éstas siempre van acompañadas de un pH bajo del jugo gástrico y provocan disbiosis. Dado que las enfermedades nunca vienen solas, una siempre desencadena y provoca la aparición de otra, ya que en el cuerpo todo está interconectado y no es algo aislado.
Speaker 2:De inmediato os daré una solución para estas condiciones. Antes de comer, beban medio vaso de agua, no más, con una pequeña cantidad de sal de Himalaya disuelta en el agua. También pueden usar una concentración débil de vinagre de manzana para aumentar la concentración de ácido clorhídrico en el estómago. Y otra sugerencia importante es que deben comer en pequeñas porciones si padecen estas condiciones, para que el jugo gástrico pueda procesar, es decir destruir al máximo las infecciones que ingresan a nuestro organismo con los alimentos. Con grandes cantidades de comida ingerida de una sola vez, esto es simplemente imposible de lograr por completo. Tengan esto en cuenta. Y en el estómago saludable hay ácido clorhídrico con un pH de 1 a 12,5, que, entre otras cosas, ayuda a descomponer parcialmente las proteínas, es decir a desnaturalizarlas. Y lo más importante es destruir los virus, hongos y bacterias que ingresan al cuerpo a través de la cavidad bucal junto con los alimentos, para que no lleguen al intestino delgado y pasen a la sangre.
Speaker 2:La dieta que nos muestra la naturaleza está indicada por la misma microbiota simbiótica del intestino, que se alimenta de fibra viva y carbohidratos complejos de digestión lenta, transformándolos en simples y de digestión rápida, principalmente glucosa. Las enzimas que son sintetizadas por nuestros microorganismos simbióticos que habitan en el colon, llevan a cabo una digestión simbiótica y en este proceso descomponen aquellos compuestos que nuestras enzimas corporales no pueden digerir, como por ejemplo los polisacáridos de alto peso molecular, la fibra, ciertos alidosacáridos y las pectinas. Y esto es precisamente el alimento de nuestra microbiota intestinal simbiótica. Y la microbiota simbiótica se alimenta de carbohidratos complejos, lo que significa que nuestro alimento natural, como especie, son los carbohidratos, o más específicamente los frutos. Por supuesto, los frutos no contienen solo carbohidratos, pero ciertamente no contienen proteínas de alto peso molecular, que abundan en los productos animales y en parte en las legumbres, especialmente en la soja.
Speaker 2:Por otro lado, la microbiota patógena se alimenta principalmente de restos de proteínas no digeridas, y estas proteínas no pudieron ser procesadas por nuestro sistema de enzimas, como el ácido clorhídrico y la pepsina en el estómago o la tripsina del páncreas. Nuestro sistema digestivo no está diseñado para procesar grandes cantidades de proteínas animales complejas, y mucho menos en las cantidades excesivas en las que se consumen el día de hoy. Y si una persona consume mucha comida de origen animal, especialmente si está enferma con problemas gastrointestinales, enfermedades autoinmunes o incluso cáncer, nunca podrá curarse completamente de sus problemas, sin importar lo que haga, mientras no cambie su alimentación y excluya los alimentos no naturales para nuestra especie. Entonces, mientras la proporción de microbiota simbiótica frente a la microbiota de patógena sea de 9 a 1, la microbiota simbiótica, con sus propiedades antagonistas contra un exceso de bacterias daninas puede inhibir activamente su desarrollo, manteniendo esa proporción y también nuestra salud. Por cierto, para preservar la salud es necesario alimentarse, si no exclusivamente, de alimentos vivos, al menos en una proporción de 90% de alimentos vivos frente al 10% de alimentos muertos, es decir procesados térmicamente.
Speaker 2:De hecho, prácticamente la misma proporción de la comida sana y de la comida basura se afirmaba en el libro de Campbell llamado El estudio de China, que considero que debería ser un clásico de la nutrición, ya que se basa en los datos del estudio más largo y completo realizado hasta la fecha de hoy, y tengo un programa de hace unos años dedicado a este libro y pienso que no se le otorgó la suficiente importancia, porque está claro que a la sociedad no se le conviene tener una humanidad sana. Gustaría también decir que, por ejemplo, yo suelo tomar un 80% de alimentos vivos entre comillas, es decir frescos no procesados, y un 20% de alimentos procesados térmicamente, y me va muy bien. Obviamente este porcentaje varía en algunos periodos de mi vida, algunas veces mejorándolo y otros empeorándolos, pero lo que sí que he podido observar que si me ha pasado en algún momento de mi vida hacía más comidas procesadas térmicamente que el 20%, siempre lo he podido notar tanto en mis niveles de energía, eficacia como en mi bienestar general y, sobre todo, en mi estado de humor. Y la diferencia? la verdad, es abismal. Y la proporción del 90% de alimentos vivos y 10% de alimentos muertos, es decir procesados térmicamente, puede incluir como máximo un 20% de alimentos de origismos patógenos. Y el equilibrio se rompe. Y entonces es cuando terminamos desarrollando la disbiosis. Y alguien se preguntará ¿es posible desarrollar la disbiosis con una dieta basada en alimentos vivos? Pues, la respuesta es que es extremadamente poco probable.
Speaker 2:Una dieta basada en alimentos vivos, ricos en fibra, nutrientes y enzimas naturales fomenta el crecimiento de la microbiota simbiótica y crea un entorno intestinal en el que los microorganismos patógenos tienen pocas probabilidades de prosperar. Y la fibra y los carbohidratos complejos presentes en los alimentos vivos alimentan a la microbiota saludable, ayudando a mantener su equilibrio natural. Por el contrario, los alimentos muertos y procesados térmicamente carecen de estos nutrientes esenciales, lo que crea condiciones ideales para el crecimiento de microorganismos patógenos y desequilibra la microbiota intestinal, y por eso una dieta predominantemente basada en alimentos vivos es clave para evitar la disbiosis y preservar la salud intestinal. Deshacerse de la disbiosis es posible, pero hay muchas causas que la provocan. Por ejemplo, combinar alimentos incompatibles en una sola comida, como podría ser, por ejemplo, frutos secos con frutas deshidratadas, es decir mezclar algo dulce y con carbohidratos con un producto proteico.
Speaker 2:Y otro ejemplo dañino sería beber agua mientras se come, ya que diluye la concentración de las enzimas digestivas Y el ácido gástrico, lo que complica la digestión. Es mucho peor si no se bebe agua, sino té, refresco o, peor aún, café mientras se come. Entonces hoy hemos visto el mecanismo de cómo se forma la disbiosis y en el siguiente programa ya vamos a terminar este tema tan largo y tan profundo, pero a la vez tan importante, con los consejos prácticos para ver qué es lo que necesitan las bacterias buenas para comer, para poder ser los que predominan en nuestra microbiota intestinal. Muchísimas gracias a todos y nos vemos la semana que viene.
Speaker 1:Nos vemos la semana que viene. Dios mediante. Muchísimas gracias por todo.