La Voz de César Vidal

Así fue España: El Cid (X): El Cid contra la Gran Coalición - 27/10/25

César Vidal, Lorenzo Ramírez

Con César Vidal y Lorenzo Ramírez.

https://www.cesarvidal.tv/asi-fue-espana/videos/el-cid-x-el-cid-contra-la-gran-coalicion-27-10-25


En este nuevo episodio de Así fue España, César Vidal y Lorenzo Ramírez continúan la apasionante historia del Cid Campeador en uno de los momentos más decisivos de su vida: cuando, tras haber sido desterrado de nuevo por Alfonso VI y abandonado por sus antiguos aliados, Rodrigo Díaz de Vivar se encuentra completamente solo.

A pesar de la adversidad, el Cid demuestra una vez más su ingenio militar y su temple legendario: conquista el castillo de Polop, se apodera del tesoro del régulo moro de Lérida y reorganiza sus fuerzas desde Orihuela. En apenas unos meses, pasa del aislamiento absoluto a controlar de nuevo vastos territorios del Levante, incluyendo Valencia, gracias a su audacia y habilidad diplomática.

Pero su ascenso provoca una reacción en cadena: el conde de Barcelona, Berenguer, junto con varios régulos musulmanes, forma una gran coalición para destruirlo. Lo que sigue es una de las campañas más brillantes del Cid: la batalla de Tebar, donde, mediante engaños estratégicos y un profundo conocimiento del terreno, derrota a un ejército muy superior y captura al conde de Barcelona por segunda vez.

El episodio concluye con el Cid convertido en señor de facto de seis provincias españolas, dueño de la espada Colada y con un poder que ningún monarca podía ya ignorar. Pero en el horizonte se asoma una nueva amenaza: el regreso de los almorávides.

Una entrega imprescindible para entender cómo Rodrigo Díaz de Vivar pasó de desterrado a convertirse en el salvador de España.

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SPEAKER_02:

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SPEAKER_01:

Estamos de regreso y estamos de regreso a punto de comenzar ese programa doble sesión continua que todos los lunes en La Voz dedicamos a la cultura hispánica. Primero nos detenemos en el Asífo España, donde se queda con nosotros unos minutillos, don Lorenzo Ramírez. Muy buenas noches de nuevo, don Lorenzo. Muy buenas noches, don César. Encantado como siempre de acompañarle. Bueno, ya saben ustedes que en el así fue España les contamos esa historia de España que les han ocultado, les han negado, les han tergiversado, les han escondido. Y, en fin, ya verán hoy hasta dónde llegamos. Y cuando pasemos de la Sifo España, entraremos en la segunda parte de nuestro programa doble y sesión continua para irnos a la lengua española, la lengua española, que es el mayor legado que ha dejado España al acervo común de la humanidad. Y bueno, ahí quien nos echará una mano con sus palabras al aire será doña Sagrario Fernández Prieto. Pero de momento estamos en el Así fue España. Y estamos en el Así fue España en un momento verdaderamente clave. Usted recordará, don Lorenzo, lo contamos el otro día, como en un momento determinado el CID se quedó más solo que la una. Es decir, el emperador Alfonso no quería saber nada de él, lo desterró en condiciones una vez más, y en condiciones más severas y más duras que las que tenía con anterioridad. Sí, ya sin ejército y sin tierras y sin dinero. Y sin nada. Y además, habiendo perdido aliados o amigos o soberanos interesados, como era el caso del rey de Zaragoza. Vamos a ver, para ser sinceros, en estos momentos el CID tenía en contra al rey de Aragón. Sancho Ramiro, tenía en contra al Conde de Barcelona. Y luego tenía en contra a los regulos moros de Zaragoza, del Érida y de Valencia. Al Jayib era el de la Herida, ¿no? Efectivamente. Y aquí, pues efectivamente, se venía todo abajo porque todo ese avance que había hecho el Cid cuando todavía se llevaba bien con Alfonso VI, en ese paréntesis de llevarse bien, de extender el control de Castilla sobre el levante, bueno, pues aquí esto se venía abajo, y lo que sucedía es que estaba solo. Aquí había dos posibilidades. Una era que a la espera de que volviera a aparecer Yusuf por España, porque había repasado el estrecho, pero claro, Yusuf ya se iba dando cuenta de que los reyes moros, la verdad es que poco iban a hacer por defender el Islam, por defender al ándalus, y al final iba a tener que volver y apoderarse de todo.

SPEAKER_02:

Yusuf, el de las tropas, el de las tropas almorávides, con los senegales que medían dos metros y los tambores con piel de hipopótamo, era, ¿no?

SPEAKER_01:

Efectivamente. Bueno, pues en medio de esa situation, y viéndose que Yusuf venía, el Cid estaba solo. No sabemos qué podía haber hecho, pues seguramente podía haberse replegado, haber intentado de alguna manera sobrevivir en medio de una soledad absoluta. Él decidió echarle valor. Y después de celebrar la Navidad del año 1089, en Elche empezó a guerrear contra el Hajib del Erida, que era un antiguo enemigo de él. Bueno, aquí, verdaderamente, la primera acción de mano que lleva a cabo el CIP, que es la toma del castillo de Polop, que estaba a cinco leguas al suroeste de Denia, fue verdaderamente impresionante, porque aquí se produce algo que parece digno de un relato de las mil y una noches. Y es que en una cueva que había por debajo del castillo de Polop tenía precisamente al Jayib del Herida todo su tesoro. Ahí tenía almacenado oro, plata, sedas, vestidos preciosos. Bueno, pues el Cid tomó en ese momento el castillo de Polov, se apodera del tesoro y de entrada ya consigue tener unos recursos económicos para continuar haciendo estragos. Porque es que a partir de ese momento, y durante el tiempo posterior al invierno que lo pasó en Orihuela, el CIS se dedicó a organizar expediciones de predatorias desde Orihuela hasta Játiba. El valor del saqueo que llevaba a cabo el Cid fue realmente impresionante. Esa es una zona muy fértil, por supuesto, ahí conseguía mantener a sus mesnades y, al mismo tiempo, en un momento determinado, levantar unos recursos que eran necesarios para las guerras que se veía venir. El Cid, el 21 de abril del 1090, celebra la Pascua de Resurrección en Hondara, y desde ahí, recibe unos mensajeros que vienen de la comarca del Erida y de Tortosa y que le envía al Jayib para pedirle la paz, porque al Jayib ya se ha dado cuenta de que, aparte que se ha quedado con el tesoro que había en el castillo de Polop, este tiene intención de seguir depredando su territorio y efectivamente no está por la labor. Rodrigo Díaz de Vivar acepta el ofrecimiento que le hace al Jayib y acepta llegar a una paz con él. Le parece que es algo razonable, deja de causar estragos en el territorio de Denia y sale de él para entrar ya en lo que es la región del Reino de Valencia. Y aquí, efectivamente, los planes del Cid son muy claros. De hecho, Al-Qadir, que era el regulo moro de Valencia, en cuanto que se encuentra con el hecho de que el Cid ha llegado a un acuerdo con Al-Jayib, que era el que era el regulo del Érida, y que está llegando. Bueno, pues dice aquí me van a destronar, y inmediatamente le envía al Cid una embajada, además, una embajada que llevaba unos regalos que eran absolutamente extraordinarios. Con lo cual el Cid también llega a un acuerdo con Alcádir, el rey Moro de Valencia, acepta el dinero, lo convierte en tributario, y prácticamente de la noche a la mañana, lo que sucede es que el Cid ha vuelto a controlar toda la zona que controlaba militarmente antes de que lo volviera a desterrar Alfonso VI. Claro, esta situación, que es una situación de decir, bueno, es que apenas en unos meses había pasado del aislamiento más absoluto a controlar la misma zona de territorio y a disponer de recursos económicos importantes, esto se encuentra en un momento determinado con un gran peligro, y es lo que hemos denominado para este capítulo la gran coalición. ¿Cómo se forma esa gran coalición contra el CIF? Bueno, Al-Hajib, cuando se entera de que Valencia se ha vuelto a someter al CIF campeador, dice, bueno, en cualquier momento vuelven otra vez contra mí, y decide en ese momento llegar a un pacto con una serie de señores cristianos y de señores musulmanes en una gran coalición que efectivamente permita la derrota del Paladín Castellano. Empezando por el conde de Barcelona, supongo, ¿no? Efectivamente. Bueno, al Jayib quería liar a Sancho Ramírez de Aragón, por supuesto, al conde Ermengol de Urgel y también al Conde Berenguer de Barcelona. Claro, ¿qué pasa con Sancho Ramírez? Porque Sancho Ramírez ya sabía lo que era el Cid y dijo: No me voy a meter en Honduras y más para echarle un capote al rey Moro. En el caso del conde Ermengol de Urgel, pues hombre, que era un noble de relativa importancia, lo que ahora se conoce como Cataluña, pero de importancia relativa. Y también dijo: No, no, no nos metamos con el Cid, ni mucho menos, porque aquí podemos salir trasquilados. Pero el que sí lo escuchó y lo escuchó con auténtico placer fue el conde Berenguer, o Berengario de Barcelona.

SPEAKER_02:

Porque esto muestra, perdone, don César, porque claro, esto sí que es un episodio, claro, de manipulación histórica, ya no diría informativa, porque siempre se nos ha vendido que era el Cid el que de alguna manera se aliaba con musulmanes siempre para luchar contra cristianos y que por lo tanto era un traidor y era un mercenario. Y en realidad esto muestra que hubo coaliciones cristiano-musulmanas durante mucho tiempo que se unieron para frenar a Cid, porque en este caso Sancho Ramírez no entra en la terna, pero seis años antes sí que había entrado con Al Jayib en la Batalla de Morella, por ejemplo. Exactamente. Estas alianzas eran alianzas recurrentes. Y por la razón por la que se niega en este caso Sancho Ramírez es por miedo.

SPEAKER_01:

No, no, Sancho Ramírez se niega por miedo porque ya ha tenido.

SPEAKER_02:

Y Berenguer se suma por ambición.

SPEAKER_01:

Y por ambición y por deseo de venganza, porque hay que recordar que en el año 1082 el CIP lo hace prisionero en Almenar, que en Valencia, en el 1089, lo había encorrido de Valencia, y bueno, pues evidentemente aquí Berenguer dice: Bueno, ahora tenemos la oportunidad de formar una gran coalición, y en esa gran coalición, yo me voy a desquitar de todo lo que me ha hecho el Cid, que vamos, lo tengo clavadito en el alma. En ese momento, Rodrigo había dejado la tierra de Alcadir y se hallaba en Burriana, que era una villa de Al-Jayib, y entonces se entera de lo que Al-Jayib está tramando contra él. Lejos de asustarse, lo que hace el Cid es que dice: Ah, Al-Jayib, ¿con qué estamos con estas? Pues te vas a enterar. Y en lugar de salir del territorio del rey Moro del Érida, se adentra más en él, hacia Tortosa, remonta las montañas escarpadísimas de Morella y allí verdaderamente saquea todo lo que encuentra a su paso. Claro, en medio de esa situación, al Hajib, que pensaba que iba a caer traicioneramente sobre el Cid con la ayuda de Berenger, y el Cid, lejos de arrugarse, lo que hace es que empieza a depredar toda la zona, inmediatamente, inmediatamente, lo que hace es que le envía dinero a Berenger para decirle ven cuanto antes, porque esto puede ser verdaderamente muy grave. Y efectivamente, Berenguera, a la vista del oro del rey Moro, inmediatamente saca sus huestes de Barcelona y acaba acampando en Cala Mocha en territorio de Albaraci. El temor a Rodrigo, y el temor es bastante explicable, si es verdad que había disuadido al rey de Aragón de entrar en esta gran coalición, no es menos cierto que había formado una gran coalición en la cual resulta que estaba Berenguer el Barcelones, pero estaban dos reyes que se odiaban, que era el Mostain de Valencia y su tío al Jayib. Es decir, aquí la idea es que tenemos que unirnos todos frente a un peligrosísimo enemigo común. Y Berenger, que debió de pensar y además estaba muy convencido de que había llegado el momento de conseguir el desquite contra el Cid, le ruega a Mostain, incluso que le acompañe, para ir los dos a ver al rey Alfonso. Y entonces decirle: Bueno, pues aquí tienes un vasallo que es un miserable, que tú lo has tenido dos veces que desterrar, alíate con nosotros y lo borramos del mapa. Y efectivamente, Berenguer, los dos reyes Benijud van a ver a Alfonso, y aquí Alfonso, que se entrevistan con Ellen Orón, que está a media legua de Miranda de Ebro en el Condado de García Ordóñez, no está mucho por la lagua. Es decir, evidentemente él sigue teniendo un resquemor hacia el Cid, el Cid sigue siendo un vasallo al que ha desterrado, pero no termina de ver claro lo que puede suceder aquí. Y desde luego no está dispuesto a sumarse a las tropas de los reyes moros y a las tropas del Barcelonés Berenger para enfrentarse con el Cid. Finalmente, finalmente, y visto que Alfonso VI no está dispuesto a sumarse a la gran coalición, el Barcelonés, junto con los dos reyes, reúnen en cada mocha una cantidad de soldados, tanto moros como cristianos, que estaban absolutamente convencidos de que el Cid ni siquiera les iba a presentar batalla. Es decir, en cuanto que supieran las fuerzas que habían reunido contra él, pues lo suyo es que el Cid se retirara. Es verdad que cuando el Cid se entera del ejército que hay frente a él, de la gran coalición que se ha concentrado frente a él, hay un momento en que piensa que es posible que no pueda enfrentarse con una superioridad numérica de esa categoría. Pero esto parece que le duró muy poco. Esto debieron de ser instantes porque inmediatamente él llega a la conclusión de que los puede vencer si los puede separar. Esto, por otro lado, es propio de los grandes generales de la historia. O sea, hay algunas de las grandes campañas de Napoleón en las que Napoleón tenía una inferioridad numérica aplastante y, sin embargo, consigue ir dividiendo el ejército del adversario de tal manera que lo va derrotando. Y quien dice en Europa Napoleón, pues podría decir en el continente americano Stonewall Jackson, que era uno de los grandes generales confederados de la Guerra Civil Americana. Aquí el CID opta por lo mismo. Es verdad que las tropas enemigas son muy superiores, pero vamos a conseguir dividirlas. Y para obligarlas a separarse, se apoya sobre todo en el terreno y se mete en el pinar de Tébar, que es un valle de una entrada muy estrecha. Y esa entrada en el valle lo que le hace es que la guarda de una manera muy especial con la idea de que puede dividir al adversario. Inmediatamente, ¿qué es lo que hace? Envía un mensaje al rey Mostain, que en ese momento, viendo que el Cid no sea Milana y viendo que Alfonso VI ha decidido que no les apoya, bueno, pues Mostain empieza a pensar que aquí la cosa se puede poner cruda y empieza a guardarse las espaldas por lo que pueda suceder. Por un lado, sigue aliado con Berenger de Barcelona, pero por otro lado le envía una carta al Cid para decirle: Ojo que viene Berenger el de Barcelona. Con lo cual, evidentemente, si se imponía Berenger era su aliado, y si Berenger era derrotado, Mostain siempre podía jugar la carta de decir, oye, que yo te avisé que este venía a por ti. Respuesta del Cid. Bueno, pues la respuesta del Cid es reírse a carcajadas de la carta, enviarle a Mostain una carta dándole gracias por el aviso y decirle que a él le importaba un pimiento, que el de Barcelona se iba a enterar. Y esta carta que escribe el Cid en términos bastante altivos, porque realmente se estaba recachondeando de Berenger, encima le pide a Mostain que se la enseñe al Conde de Barcelona. Bueno, pues ya se puede uno imaginar cuando el Conde de Barcelona entra por las montañas a la búsqueda de Rodrigo y le muestra la carta a Mostain, cómo se pone. Se pone hecho una fiera, porque efectivamente el Cid no parece nada impresionado, y además pretende combatir. Como Berenger creía que, ante el avance que estaba llevando a cabo con sus tropas y su superioridad numérica, tendría que entrar al combate, y se da cuenta de que con el Cid emboscado en ese bosque de Tébar, pues la batalla puede ser complicada, le envía una carta de desafío al Cid, donde además lo califica de cobarde. Y en este sentido, se ve que respiraba por la herida, porque en la carta le dice, entre otras cosas, lo siguiente: Las sumas que antaño nos quitaste aún están en poder tuyo, mas Dios omnipotente nos las hará rescatar. Bien vemos que quieres pelear con nosotros en compañía de tu monte, confiando en él. Harto sabemos que los montes, con todas sus aves, cuervos, cornejas, águilas y halcones son tus dioses, y que más fías en los agüeros de ellos que en el único Dios. Por eso, a éste rogamos nosotros que nos dé venganza de ti. Mañana al amanecer, con la merced de Dios, nos verás muy de cerca. Si te apartas de tu monte y sales a nosotros al llano, serás Rodrigo el que llaman campeador, pero si no, serás lo que en su lengua romance llaman los castellanos alevoso y los francos bauzador. Es decir, en el caso de Berenguer, como este no salga del monte, se nos va a poner la cosa muy difícil, tenemos que conseguir que salga, y hombre, tenemos que conseguirlo, porque hay un argumento al que era muy sensible el Barcelonés, y es que las sumas que antaño nos quitaste aún están en poder tuyo. En otras palabras, como se diría más adelante en la historia de Cataluña, la pela es la pela. Y aquí, efectivamente, pues Berenguer iba a lo que iba y estaba a ver si el Cid picaba. Claro, el Cid no mordió el anzuelo, le envió además enseguida una respuesta donde deja verdaderamente a Berenguer muy mal, muy mal. Y le dice, entre otras cosas, lo siguiente: Yo, Rodrigo, en uno con mis compañeros, a ti conde Berenguer saludo. Cierto que en mi carta Mostain te injurié a ti y a tus vasallos, pero esto no fue sino con gran razón, porque sé muy bien todo el desprecio con que hablaste de mí en Calatayud ante el rey Mostain y en Castilla ante el rey Alfonso y ante el mismo Mostain. Y sé cómo Ramón de Barbará y otros caballeros tuyos bromeaban y maldecían de mí en la corte de Alfonso. Aunque has hecho pacto con Al Jayib, aunque has tomado su dinero bajo promesa de echarme de sus tierras, sospecho que temerás cumplir lo prometido y no os harás venir a mí. Lo cual era una manera de espolear todavía más al Barcelona.

SPEAKER_02:

Que además el Cid, que en la zona que controlaba de ese valle, lo que estaba también era paralizando cualquier tipo de comunicación entre la propia Zaragoza y Valencia, y por lo tanto también con Barcelona, con lo cual había un enclave estratégico under muchas points of vista, controlando ese camino que unía those important, y luego, bueno, pues aprovechando, como usted said, ese conocimiento del terreno anda a ese relieve boscoso y quebrado del Monte de Tebar, que luego le permitiría, evidentemente, su emboscada.

SPEAKER_01:

Aquí el Cid va a utilizar algo that's the desinformación, de lo que se habla ahora tanto, and lo va a utilizar con éxito, porque mientras se cruzaban estas cartas, cada uno picando al otro, el Cid envía algunos de sus hombres que hacen como que están huyendo del campamento del Cid para que los atrapen los barceloneses. Entonces, en el momento en el que los atrapan, los conducen ante Berenger, le dicen a Berenger que el Cid piensa escaparse esa noche por cualquiera de los tres puertos más empinados que había en las sierras. Y claro, en el momento en el que Berenger se cree lo que los agentes del Cid le cuentan con ánimo evidente de engañar, el Cid ya prácticamente ha ganado media batalla. Porque lo que sucede es que los barceloneses reparten sus huestes en tres divisiones, cada una encaminada a tomar uno de los tres puertos por donde supuestamente podían huir los castellanos. Claro, esa era la historia que había. Pero el campeador, que sabía que iban a venir los de Barcelona, en esas fragosidades de los puertos había colocado a algunos de sus capitanes al frente de moros que estaban a las órdenes del Cid. De manera que, en este sentido, el Cid los estaba esperando, no les iba a pillar de sorpresa. Los barceloneses, que estaban encargados de tomar los puertos, bueno, pues iban subiendo poco a poco por esas fragosidades.

SPEAKER_02:

Además, esa comarca se llama los puertos El Sports en este momento. Exactamente. Esto está muy cerca de Morella, pues si hay alguien que quiera.

SPEAKER_01:

Sí, está muy cerca de Morella, efectivamente. Y entonces, cuando iban subiendo a los puertos, allí los estaban esperando enceladas las tropas del Cid, y efectivamente deshacen las tres divisiones barcelonesas y caen además prisioneros, pues caudillos muy importantes. Por ejemplo, el Conde de Cervellón, que ese además lo hirieron en la cara, y efectivamente esos ataques en las tres divisiones barcelonesas quedan absolutamente inutilizados. Entonces, la batalla de Tebar no es una sola batalla.

SPEAKER_02:

Estaríamos hablando de.

SPEAKER_01:

No, hay varios movimientos de tropas. Es decir, por un lado hay ese intento de atrapar al Cid por alguno de los puertos por donde supuestamente iba a huir. La sorpresa que se llevan es que ahí les están esperando las tropas del Cid, los pescan divididos, los pescan además subiendo poco a poco, porque, claro, los puertos no podían subirlos en manada, por decirlo de alguna manera, y los derrotan y capturan un número muy importante de prisioneros. Había, junto con ese contingente de los catalanes, otro contingente que ocupaba el gran monte, desde donde dominaban el campamento del Cid. Y entonces, en un momento determinado, como no ven que del campamento del Cid se marche nadie, ese contingente barcelonés decide bajar de improviso y precipitar la retirada del Cid. Y de esa manera que el Cid se encuentre en los puertos con los otros contingentes catalanes. Esta gente que cae sobre su campamento al Cid le pilla de sorpresa. Pero el Cid inmediatamente reacciona y dice: Bueno, aquí tiene que venir el Conde de Barcelona. Y efectivamente, el conde de Barcelona. Que lo voy a coger otra vez. Se va a enterar, y entonces el Cid carga de una manera impresionante contra ese contingente que viene de soldados de Barcelona. La carga del Cid es una carga absolutamente tan denonada que destroza totalmente a las tropas barcelonesas. Aunque el propio Cid, en el curso de esa carga, cayó del caballo, quedó herido, pero su gente siguió adelante y aplastó totalmente al contingente catalán, hasta el punto de que en un momento determinado acorrala y captura a Berenger con casi 5.000 soldados. Es decir, la victoria del Cid es verdaderamente impresionante.

SPEAKER_02:

La segunda vez que la hacía prisión de la vida. Exactamente. La última, porque al final tendría que salir corriendo rumbo a Jerusalén, ¿no? Salió años después Berenger en la primera cruzada. Es que este Berenger era el que le apodaban el fratricida porque luego le acusaron de haber matado a un Cristo. Exactamente, exactamente, estaba ya acusado en aquel entonces. Estaba ya acusado en el momento.

SPEAKER_01:

Estaba acusado y ahora vamos a ver que el Cid además se lo reprocha. Ah, también tenía relación con el Cid. Entonces, Berenger en ese momento no solamente es capturado, sino que su campamento cae en manos de los castellanos. Bueno, de ahí se llevaron todo: el oro, la plata, los vestidos preciosos, los mulos, los caballos, los escudos, las lanzas, absolutamente todo. Berenguer, que se da cuenta de que ha caído y ha caído por segunda vez y ha caído muy mal, suplica que lo lleven al Cid. Y cuando llega delante del Cid, pues está en actitud de eso de hablando se entiende la gente, que decía Kel. Y resulta que al Cid no le pilla de buenas en absoluto y no lo quiso recibir. Es más, el Cid le recibe sentado, entre otras cosas, porque está herido y lejos de ofrecerle que se siente a su lado, le tiene de pie y en un momento determinado ordena que lo saquen de su tienda y que lo custode. Lo cual, evidentemente, al conde de Barcelona le sentó como un tiro, pero inmediatamente el Cid dice: bueno, ya ha recibido una lección, se habrá enterado, seguramente se habrá dicho aquello de ostitú, en qué situación estamos, y andará más razonable. Y entonces le envió comidas exquisitas, placeres gastronómicos al Conde de Barcelona, exactamente para que partara. Y aquí el conde dijo que no comía en absoluto, como no le garantizaran que iba a salir bien, etc. Bueno, aquí hay un tira y afloja, en el cual durante un par de días el Conde de Barcelona se negó a comer por lo que pudiera suceder, y finalmente el CID acepta que efectivamente lo va a poner en libertad, lo va a poner en libertad, además bajo condición de que no va a volver a atacarlo, pero que va a ser generoso con él. El Conde, cuando le pone en libertad, no pierde tiempo, se monta al caballo, aguijó al caballo, echó a correr y no miró ni hacia atrás. Parece ser que por miedo de que el Cid se arrepintiera y efectivamente aquí tuviera un disgusto. Y entre todo aquello que consigue en ese momento el Cid, que es algo verdaderamente impresionante, entre Berenguer y Giraldo Alemán el rescate subió a 80.000 marcos de oro de Valencia, lo cual no es poco, y luego el resto de cautivos iba pagando cantidades. Hay una cosa que hay que tener en cuenta. En la Edad Media no se solía ejecutar a los prisioneros no por piedad, ni por espíritu cristiano, ni por compasión, ni cosa parecida, sino porque los prisioneros pagaban un rescate. Entonces, claro, no tenía ningún sentido que ejecutaras a gente que en última instancia te iban a pagar un rescate.

SPEAKER_02:

A lo mejor en dos ocasiones si le volvías a coger en el futuro otra vez.

SPEAKER_04:

Sí, podía ser.

SPEAKER_01:

Pero por si acaso, en fin, el CID, desde luego, aquí enganchó absolutamente una cantidad fantástica con el rescate. Y además se apoderó, y esto es algo muy importante, de la espada que valía más de mil marcos de Berenger, que era la famosa Colada, que va a ser la segunda espada del Cid. Le hemos hablado ya en alguna otra ocasión de la Tizona. Y esta sería Colada, que sería ya la espada que utilizaría el Cid el resto de su vida. Era una magnífica espada. La tenía Berenger, se quedó sin ella, y esta es la historia que hay.

SPEAKER_02:

Esta aparece, además, en el cantar del miocid. Colada aparece también en el cantar.

SPEAKER_01:

Sí, efectivamente. Hubo barceloneses a los que se dejó marchar bajo promesa de que en un momento determinado iban a regresar pagando el rescate. Lo cual, evidentemente, indica mucha generosidad del CID. Pero hay que decir en honor a la verdad que esos barceloneses vinieron con el precio del rescate. O sea que miedo al Cid le tenían. En algún caso que no tenían dinero para pagar el rescate. Vinieron con hijos y parientes para entregarlos como rehenes. Y la verdad es que el Cid se conmovió tantísimo al ver ese episodio. Realmente quedó tan absolutamente emocionado por ello que les perdonó el rescate y permitió que se marcharan, lo cual es de una generosidad absolutamente extraordinaria por parte del Cid. En esos momentos la victoria de Tébar tiene muchas consecuencias. Desde luego, el Conde de Barcelona ha llegado a la conclusión de que seguramente la conducta del rey de Aragón de no tener problemas con el Cid tenía bastante sentido común. Al-Hajib, que siempre fue una especie de enemigo furibundo del Cid Campeador, cuando se entera de la derrota del Conde Berenguer, se da cuenta de que no tienen nada que hacer y fallece posiblemente como consecuencia de la amargura de ver que el Cid Campeador es absolutamente invencible. Pero claro, el Cid se consagra de una manera absolutamente extraordinaria. Y se consagra de una manera extraordinaria porque efectivamente es un personaje que puede vencer a una coalición numéricamente muy superior y que en cualquiera de los casos ha demostrado que se puede imponer.

SPEAKER_02:

Consolida influencia sobre esas taifas que hemos mencionado, Zaragoza, Lerida, Denia también. Exactamente. Hay un control, además, de militar de las rutas comerciales entre el Ebro, Medio y el Mar, también importante. Y pues también, evidentemente, los musulmanes aliados del Herida, no solo al Hajib, sino en general todos, perdieron también prestigio frente a las taifas vecinas, ¿no? Porque les habían dado sopas con ondas, ¿no?

SPEAKER_01:

Efectivamente. Y aquí hay una cuestión. Es interesante: poco después de la batalla en Tebar, el Cid cae enfermo y además parece que estuvo muy enfermo. Y durante ese tiempo estuvo en Daroka, pero se recuperó y cuando se recupera, inmediatamente acepta una petición que le hace el conde Berenger de no guerrear más en el futuro. El conde renuncia formalmente a las tierras de Al-Hayib, que ha fallecido y que de antiguo le pagaban tributo. Es decir, que esto es algo que cede de buen grado al Cid Campeador, y esas tierras que en algún momento tuvo, pues que el Cid se las componga con ellas. Y además, cuando muere Al-Jayib, él deja un hijo pequeño que se llamaba Suleymán Benjud, que estaba bajo la tutela de los Ben y Betir. Bueno, pues estos, tanto el hijo pequeño como los Ben y Betir, llegan a la conclusión de que como Berenguer de Barcelona no se va a meter en más líos con el Cid, porque con dos experiencias ya ha tenido bastante, tienen que hacerse amigos del Cid. En esta época, el Cid es cuando se establece en tres pueblos, que por cierto, luego llevarían el nombre del Cid, que son Lucena, Villafranca y Moleta, y que dominan todo el territorio que va desde Burriana a Morella. Esa región de Levante que queda bajo el control del Cid, de Rodrigo Díaz de Vivar, para que la gente se haga una idea de lo que implicaba, serían seis de las actuales provincias españolas. Es decir, cuando la gente piensa en Valencia, piensa en la provincia de Valencia, pero no es así. O sea, el reino de Valencia iba mucho más allá. El Cid de pronto se encuentra con que tiene un control sobre lo que serían seis provincias actuales españolas que podrían perfectamente haberse convertido en un reino suyo.

SPEAKER_02:

Y su imagen también ya empieza a dejar de ser considerado mercenario desterrado, y ya un señor de la guerra, y entonces el rey Alfonso, pensando otra vez en volver a tener algún tipo de relación diplomática con él.

SPEAKER_01:

No queda más remedio. Porque además el CIT ha demostrado algo que no se había producido hasta ese entonces, y es que se puede conquistar una parte importante del territorio sin el respaldo de un rey, sin el respaldo de una entidad estatal, ¿no? Y efectivamente, sin ese respaldo del rey, y enfrentado con varios reyes y el Conde de Barcelona, una gran coalición. Sin embargo, el que emerge como gran vencedor, dando muestras de un notable talento militar and un notable talento diplomático también, es el CID. Andrew, aquí hay todo un reino que se ha constituido bajo el Cid, que tiene las dimensiones de un reino. Con un flujo de rentas constante, Taipa pagando varias también. Exactamente. Y el CID ha conseguido llegar a esa situación. En muy pocos meses ha revertido el aislamiento, el despojo, el expolio, la pobreza, para convertirse en un monarca de facto, si no de lures sí de facto, real sobre una extensión que ocuparía seis provincias españolas. Por cierto, algunas de ellas de las más faces de toda la península ibérica. Y en ese momento, cuando el Cid se encuentra en esa situación, que ha ganado por el valor de su brazo que no por el respaldo de ningún monarca, en ese momento es cuando los almorávides regresan y el Cid va a tener que salvar literalmente a España. Pero de eso ya hablaremos en semanas sucesivas, don Lorenzo.

SPEAKER_02:

Muy bien, don César, lo ha dejado usted ahí, la ha dejado votando. Muy interesante, la verdad. Y bueno, pues esperando hablar de esa conquista de Valencia total, que al final fue la defensa de España, como usted acaba de indicar. Nos queda Cid para rato, afortunadamente, don César.

SPEAKER_01:

Sí, yo no sé si. Bueno, yo espero que este año a lo mejor acabamos con el Cid, pero si volvemos después de Reyes con él, no se sorprenda, ¿eh? No se sorprenda.

SPEAKER_02:

Encantado y seguramente que todos nuestros amigos también, que me consta que están disfrutando mucho con la parte de esta serie dedicada a Rodrigo Díaz de Eibar, don César. Pues un abrazo muy fuerte, don Lorenzo. Hasta mañana, Dios mediante. Un fuerte abrazo, hasta mañana.