El Ponemo is el polo de lo inaccessible ubicado in el Oceano Pacífico. It's the local most alejado de Terra Firme. Situated in the sur del Oceano Pacifico, at 2.688 kilometers of the Antártida, the Puntonemo is un cementerio de naves spaciales. The fond of the oceano, situated in dicho Puntonemo, se encuentra atmosfera metros de profundidad. Todos los jueves, a ese lugar inaccesible, enviamos a personas que se lo merecen. Y esta semana nuestra enviada al Puntonemo es Teresa Rivera, que conste que no enviamos a Teresa Rivera al Punto Nemo porque a partir del año 2005 se convirtiera en responsable de algo tan absurdo y disparatado como la política climática del Gobierno Socialista en calidad de directora de la Oficina Española del Cambio Climático. Tampoco enviamos a Teresa Rivera al Punto Nemo porque en 2008 fuera nombrada Secretaria de Estado de Cambio Climático, una auténtica estafa en beneficio de poderes multinacionales. Tampoco enviamos a Teresa Rivera al Punto Nemo porque en 2015 se incorporara al equipo de expertos de Pedro Sánchez para elaborar el programa electoral del Partido Socialista, siendo nombrada en 2018 Ministra de Transición Ecológica, de nuevo un ministerio tan inútil como costoso. Tampoco vamos a enviar a Teresa Rivera al punto Nemo porque en 2020 fuera elevada la categoría de vicepresidenta cuarta del Gobierno y se le otorgaran las competencias sobre los retos poblacionales de España, algo que se ha traducido en una opresión cada vez mayor de la población española y en un aumento cada vez más peligroso y costoso de la invasión de inmigrantes ilegales. Tampoco enviamos a Teresa Rivera al Punto Nemo porque esté casada nada más y nada menos que con Mariano Barcigalupo, consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, lo que implica, sin ningún género de dudas, un claro e inmoral conflicto de intereses. Tampoco enviamos a Teresa Rivera al Punto Nemo porque también haya sido miembro de distintos organismos impulsores de la agenda globalista, como el Consejo de Liderazgo Global de la Red de Soluciones Sostenibles de Desarrollo de las Naciones Unidas, el Consejo Asesor Global en Cambio Climático del Foro Económico Mundial y el de la iniciativa Momento para el Cambio de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, perteneciendo además al Consejo Asesor del Instituto de Investigación para el Desarrollo y a los patronatos de Fundipax y la Fundación Alternativas. Ni mucho menos vamos a enviar a Teresa Rivera al Punto Nemo porque en abril de 2020 el presidente del Gobierno le encargara la realización del plan de desescalada del coronavirus, declarando Rivera que la recuperación tendría que ser necesariamente verde y solidaria. Tampoco la vamos a enviar al Punto Nemo, porque el 17 de septiembre de 2024 la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Brugen, la designara como comisaria de competencia de la Unión Europea, así como vicepresidenta ejecutiva encargada de los asuntos de transición ecológica y de competencia. Enviamos a Teresa Rivera al punto Nemo porque hace un año exactamente fue la responsable máxima de una catástrofe vinculada a la gota fría en España, que costó la vida oficialmente a 229 personas, si bien todo hace indicar que la cifra de fallecidos fue muy superior y que se procedió con la ayuda de los medios de comunicación a silenciarla, porque es la que convirtió en objeto de heridas a más de 2.600 personas, porque además, gracias a su injuria, esa desgracia natural tuvo impacto sobre la vida de más de un millón de personas, porque esa incompetencia provocó daños valorados en torno a los 17.800 millones de euros, porque su apatía repugnante afectó un total de 130.000 viviendas, 10.000 ascensores, 141.000 vehículos y 800 kilómetros de carretera, porque obligó a llevar a cabo 37.000 rescates y 117.000 asistencias médicas, y porque gracias a su incompetencia rampante se causaron destrozos en no menos de 90 municipios. Todo ello porque Teresa Rivera paralizó las obras del pollo en 2021 alegando problemas ambientales y el factor coste-beneficio. Y por si fuera poco, desde entonces, y a pesar de ser la máxima responsable del desastre, no ha visitado ni una vez Valencia y solo se ha referido al tema dos veces. Es repugnante, es indecente, es inmoral que Teresa Rivera siga siendo un instrumento absolutamente servil de una agenda globalista que miente descaradamente a los ciudadanos en cuestiones como el falso calentamiento global y la falsa pandemia del coronavirus, a la vez que se desentiende totalmente de los intereses de España andas, inclinada onto oligarcas globalistas. Android, no is grave that Teresa Rivera sea la responsable directa of centenar, of decenas de millions ofers, and of incontables desgracias that affected more than a million people, and not only cited by one, sino disfrute of a jugosísimo pesebre in the Union European.