La Voz de César Vidal

Así fue España: El Cid (XIII): El Cid conquista Valencia - 17/11/25

César Vidal, Lorenzo Ramírez

Con César Vidal y Lorenzo Ramírez.

https://www.cesarvidal.tv/asi-fue-espana/videos/el-cid-xiii-el-cid-conquista-valencia-17-11-25


En este episodio de Así fue España, César Vidal y Lorenzo Ramírez nos adentran en uno de los capítulos más intensos y decisivos de la vida del Cid Campeador: el cerco y la conquista de Valencia entre 1093 y 1094. Tras la rendición inicial de la ciudad, la amenaza almorávide vuelve a cernirse sobre el Levante, mientras Rodrigo Díaz de Vivar maniobra con inteligencia política, habilidad militar y una sorprendente capacidad para la convivencia entre culturas.

El episodio recorre los movimientos estratégicos del Cid frente al poderoso ejército almorávide de Yusuf, su enfrentamiento con los traicioneros señores de Albarracín —incluyendo un lance en el que estuvo a punto de perder la vida— y la construcción de un sistema defensivo clave en el valle del Guadalaviar, incluida la legendaria Peña del Cid.

Vidal y Ramírez muestran cómo, frente al caos y las traiciones internas de Valencia, y ante una ciudad agotada por el hambre, Rodrigo logra imponerse no solo con fuerza militar, sino con una política de tolerancia y buen gobierno: protege las costumbres de la población musulmana, evita humillaciones, encarga la vigilancia a mozárabes conocedores de ambas culturas y sienta las bases de un “imperio levantino” estable y próspero.

Un episodio vibrante que combina batalla, diplomacia, tensiones políticas y una profunda reflexión histórica sobre legitimidad, convivencia y poder.

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SPEAKER_04:

Así fue España, con César Vidal y Lorenzo Ramírez.

SPEAKER_02:

Pues estamos de regreso y estamos de regreso para dar inicio a ese programa Doble Sesión Continua que todos los lunes en La Voz dedicamos a la cultura hispánica. Empezamos siempre por la historia, como debe ser, con el Así fue España, para contarles todas esas cosas que les han ocultado, les han tergiversado o les han mentido durante siglos. Y en ese viaje por la historia de España se queda siempre con nosotros un ratillo más que indispensable, don Lorenzo Ramírez. Muy buenas noches de nuevo, don Lorenzo.

SPEAKER_03:

Muy buenas noches, don César. Aquí estoy agazapado al norte del Turian, que creo que es por donde casi vamos a empezar, ¿no? Sí, sí, yo creo que nos vamos a mover por allí.

SPEAKER_02:

Efectivamente. Bueno, ya saben ustedes que después de la Sí fue España, tenemos la segunda parte de ese programa Doble y Sesión Continua, que tiene que ver con la lengua española, que es, sin ningún género de dudas, el mayor legado que ha dejado España al acervo común de la humanidad. Y hay quien nos ayuda siempre, es doña Sagrario Fernández Prieto y sus palabras al aire. Pero vamos a centrarnos en la historia, don Lorenzo. Usted sabe, lo vimos la semana pasada, que esa rendición de Valencia era una rendición que a Yusuf le había sabido a cuerno quemado, porque Yusuf, que había reconocido la supremacía del califa de Bagdad.

SPEAKER_03:

Yusuf, el jefe de los almorávides.

SPEAKER_02:

Efectivamente, para aquellos que se suman ahora a la serie, esta dilatada que estamos dedicando al CID. Bueno, pues Yusuf, el almorávide, finalmente había reconocido la supremacía del califa Abasi de Bagdad. Y entonces el califa, con eso que le pillaba largo, pues dijo: Bueno, pues nada, nada, Yusuf, no te preocupes, que para mí tú eres el soberano de Al Andalus, del Maghreb y demás tierras dominadas. Con lo cual, evidentemente, el reconocimiento del imperio almorávide de facto resultaba innegable. Claro que después de un éxito como ese apareciera un personaje como el Cid y se permitiera quitarle una ciudad de la relevancia de Valencia, era absolutamente intolerable. Y Yusuf tenía preparado un ejército poderosísimo para darle un escarmiento.

SPEAKER_03:

Pero le mandó algunas cartas, ¿no? Efectivamente.

SPEAKER_02:

Devuélveme eso, ¿no? Exactamente. Bueno, la cosa no funcionó mucho, ni mucho menos. Yusuf, además, no tenía maldita la gana de venirse a España ni cosa parecida. Y entonces, aquí lo que era evidente es que de todas formas los almorávides iban a avanzar hacia Valencia. Como el CIS se lo veía venir y sabía que ese ejército de los almorávides había desembarcado en la península, inmediatamente comenzó a organizar la resistencia. Y lo primero que hizo fue que convocó a los valencianos para decirles: Bueno, aquí vamos a hacer algo más de manga ancha, aquí vamos a hacer que efectivamente no tengáis la sensación de que yo os estoy apretando mucho. Se reunió con ellos y les soltó aquello de hombres buenos de Valencia: os doy treguas todo el mes de agosto, y siempre tanto viniera Yusuf a socorreros y me echaré vencido de estas tierras, sed suyos y servidle, pero si no puede hacer esto, quedaos bajo mi dominio. En Valencia se había producido esa especie de golpe de Estado del que hablamos la semana pasada. Estaban, exactamente, estaban esperando que llegaran los almorávides para librarse totalmente del dominio castellano, y el CIT actúa de una manera muy caballerosa que también hay que decir que tiene paralelos en la época, y es que les escribe y les dice: Bueno, yo os doy un tiempo para que lleguen los almorávides a rescataros. Que no vienen los almorávides, pues entonces no perdáis el tiempo.

SPEAKER_03:

Es verdad, y esto hay que decirlo porque a lo mejor alguno no entiende un poco este movimiento. Es una costumbre muy antigua. El hecho de decir, bueno, para que mostrar la propia impotencia de mi adversario, mira, como que le voy a dar ventaja, ¿no? Entonces, antes de vencerle, voy a evidenciar esa impotencia. Andí viene un poco esa decisiones con los pobladores de aquella Valencia, claro.

SPEAKER_02:

Efectivamente, era una medida inteligente because, claro, if de pronto allí no aparecía nadie, pues ya sabías que estabas perdido, and te valía más que nada el llegar a un acuerdo con el sitiador de la ciudad. Además, Yusuf tampoco iba a ir porque estaba mayor, ¿no? Efectivamente, él envía a un propio, porque efectivamente, además, él desconfiaba de volver a tener un éxito como el de la batalla de esas grajas. Y entonces él tampoco estaba dispuesto a ir.

SPEAKER_03:

También es verdad que el Cid había mandado cartas a alguno de los reinos de Taifas a decirles, a este le voy a zombar otra vez, así que manteneros al margen, con lo cual ese apoyo que podrían tener también era reducido. Sí, es así.

SPEAKER_02:

Bueno, el Cid cumple su promesa, deja a Valencia en paz durante todo el mes de agosto del año 193. Y mientras tanto, le envía un mensaje secreto a Benjehaft en el que le dice: Bueno, que quiere seguir siendo señor de Valencia. Yo no tengo ningún problema, pero tú tienes que procurar que los almorávides no vengan. Y mientras tanto, el CID se dedica a realizar una serie de expediciones, aprovechando que es el mes de agosto, que no va a atacar a Valencia para que los valencianos se den cuenta de que no tienen ninguna posibilidad, y entonces llega hasta Albarracín. ¿Qué pasaba en Albarracín? Bueno, con una Valencia verdaderamente agitada y que parecía que no quería ser del CID, había un personaje que ahora dominaba Murbrido que se llamaba Ben Racín. De ahí viene Albarracín, en términos de esta localidad. El personaje se llamaba Abu Meruan Benracin, que éste decidió que no pagaba ni loco el tributo, llevaba diez meses sin pagar el tributo, e incluso había ofrecido a Pedro de Aragón dinero si le ayudaba para apoderarse de Valencia. Es decir, la idea de aquí a Ben Racine es, bueno, el Cid me lo han echado de Valencia. Con un poco de suerte no vienen los almorávides. Si a mí me ayuda el rey de Aragón, yo me hago con Valencia. ¿Qué sucede? Pues que hombre, esto era verdaderamente una traición y una falta de lealtad a los pactos con el Cid, y la hueste del Cid irrumpió en Albarracín para que se enteraran de lo que iba a suceder. El Cid se dedicó a realizar algaradas en las cercanías de Albarracín para rendir al ladino Belracín, y curiosamente, en uno de esos enfrentamientos, el Cid pudo haber estado a punto de perder la vida, porque en una ocasión, cabalgando el solo con cinco caballeros, se vio sorprendido por doce jinetes de la ciudad de Albarracín. El Cid, que vio que eran menos de la mitad, no se intimidó, picó espuelas, cargó contra ellos, mató a dos, puso en fuga al resto. Pero lo malo es que recibió en el curso del combate una lanzada de consideración en el cuello. Incluso murieron otros dos de los caballeros que lo ayudaban. Y durante los días siguientes hubo quien pensó, amigos y soldados del Cid, que el Cid no salía de esta, que con la lanzada que había recibido en el cuello no iba a sobrevivir. El caso es que el personaje debía de estar hecho de muy buenas hechuras.

SPEAKER_03:

Porque estaba un diámetro de una lanza en aquella época, de más lanzado, valga la redundancia, y como no le dieran la armadura, porque si no lo habría dejado seco en el momento.

SPEAKER_02:

Me dio en el cuello y sin embargo sobrevivió. Y luego siguió, ¿no? O sea, no se fue a su caso. Exactamente, exactamente. Pasó el mes de agosto y el Cid decide que vuelve a Valencia y que ahora, como ya ha pasado ese plazo de gracia que es el mes de agosto, del año 1093, se van a enterar. El Cid va a dedicar los meses de septiembre y octubre de 1993 en dominar el camino de Valencia-Zaragoza por el sur del territorio de Albarracíd. Él quería asegurar el paso por el Valle del Guadalaviar, que es el río mismo que riega Valencia y que además discurre por bajo de Teruel, que además está muy estrechado entre montañas. Y aquí el Cid sabe darse cuenta desde el principio de que esta es una vía de enorme valor militar, la ocupa con 300 caballeros, y un poco más abajo de lo que se llamaba el Estrecho de Villel, edifica una fortaleza que hasta el día de hoy recibe el nombre de la Peña del Cid. Bueno, en estos meses Ben Racine se convence de que lo que más le interesa es volver al vasallaje del Cid, vuelve al vasallaje del Cid y el Cid decide que efectivamente aquí lo que hay que hacer es tomar ya Valencia y dejarse de tonterías. Pero en este periodo que ha transcurrido de casi tres meses, los almorávides desembarcan en España. Y además van avanzando a marchas forzadas hacia Valencia y llegan hasta Lorca. A las órdenes de los almorávides, precisamente, los almorávides están a las órdenes de Abu Becker el Lamtuní, que era yerno de Yusuf, el emperador de los almorávides. Y efectivamente, en el momento en el que van avanzando y llegan hasta Lorca, el Cid, a marchas forzadas, a pasos agigantados, se dirige inmediatamente hacia Valencia para evitar que los almorávides entren en la ciudad. En esa marcha hacia Valencia, el Cid se va encontrando con Alcáides aliados como el de Játiva, como el de Corbera, y todos estos le van diciendo que sí, que le apoyan a él y que no apoyan a los africanos y que se despreocupe. Y mientras tanto, la actitud de los valencianos es una actitud, como mínimo, para no fiarse, como mínimo, para desconfiar, como mínimo, para ser muy precavido. Porque, a pesar de que algunos de ellos supuestamente eran favorables al Cid, ninguno de ellos quiere comprometerse en contra de los almoravides.

SPEAKER_03:

Un grupo ahí de africanistas que llega mucho tiempo, sobre todo los golpistas, ¿no? Y luego hay un gesto que hace el Cid, ¿no? Que se va al Palacio Real para que le quedara todo el mundo claro que él iba a defender la ciudad. Es decir, que no iba a ser un poco de la vida.

SPEAKER_02:

Exactamente, ¿no? Exactamente. Él se pone en contacto con Ben Yehaf y le dice que el palacio y la Almunia, la Almunia era el huerto de Villanueva, que esto había sido una residencia del placer del rey, que se la cediera. O sea, esta era la idea. Las fuentes árabes hablan de que seguramente el paso del Cid venía motivado para crear un efecto de desmoralización en los almorávides. Es decir, que los almorávides vieran que le pedía al gobernante de Valencia que le cediera este palacio, y el gobernante de Valencia, pues efectivamente lo cedía. Pero junto con ese elemento moral, que yo creo que sí, que posiblemente existía, había otro elemento que era absolutamente estratégico, y es que de esta forma el Cid colocaba a sus jinetes de vanguardia en Rayosa, que era la rabal mozárabe que había al sur de la ciudad. Con lo cual, mientras que él ocupaba en retaguardia la rabal de Villanueva, que ya había saltado en el mes de julio y que prácticamente había arrasado, colocaba además su vanguardia en Rayosa. Y ocupaba toda la orilla norte del río, ¿no? Efectivamente, efectivamente. Bueno, aquí Benjehaft cede. Benjehaft piensa que lo único que quiere el Cid es pasárselo muy bien en el palacio, incluso le organiza una recepción lujosísima con alimentos suculentos y el Cid no aparece, por lo cual Benjehaft se queda con un palmo de narices y la idea de, bueno, que hacer tupples.

SPEAKER_03:

En esos casos hay que hacer tupples.

SPEAKER_02:

Efectivamente, no hay mucho más en este sentido. Pero bueno, en cualquiera de los casos, aquí los Benny Wegip, de los que hemos hablado, que se llevaban mal con Benjeha, aprovechan la situación para decir, bueno, aquí desde luego esto no puede ser, el Cid no viene en buen plan. Oiga que no venga, pues que no venga, ¿no? Que no venga, mejor que no venga. Mientras tanto, los almorávides siguen avanzando, estaban en Lorca cuando el Cid se encuentra ahí y empiezan a avanzar hacia Murcia. Y empiezan a avanzar hacia Murcia, pero de una manera verdaderamente decidida. ¿Cómo sería la cosa de decidida? Que el Sambo dice yo me retiro de la vida pública. Es decir, yo esto lo veo mal, aquí no tengo yo nada claro lo que puede pasar conmigo. Aquí se puede dar la circunstancia de que los almorávides se impongan y entonces yo puedo acabar con la cabeza a ese problema.

SPEAKER_03:

Pero el Zambo había traicionado a todos, a todos con los que se había relacionado, claro. A todos, efectivamente. Ganará a quien ganara le iban a cortar la cabeza.

SPEAKER_02:

Y entonces, pues él se retira a su casa. Eso sí, refuerza la guardia que había a la entrada de casa a ver qué es lo que va a suceder. Y lo que va sucediendo a corto plazo es que ese ejército sigue avanzando. Consigue pasar lo que eran los pasos que defendían las fortalezas de Benicadel y se encuentra nada más y nada menos que en Játiva. Es decir, que efectivamente la situación era una situación muy complicada. Rodrigo, el Cid, inmediatamente sale de aquellos jardines de Benav del Asís y se va a unir con su vanguardia en Rayosa con la idea de que ahí es donde va a esperar la llegada de los almorávides para enfrentarse con ellos. Bueno, inmediatamente, inmediatamente, se sabe las etapas que van avanzando los almorávides. Llegan al CIRA. Cuando llegan al CIRA, los partidarios de los almorávides en Valencia no caben en sí de.

SPEAKER_03:

Ya se oían los tambores, se oían los tambores.

SPEAKER_02:

Exactamente. Avanzan hasta el Muzafes a tres leguas de Valencia. Bueno, ahí ya es la locura porque los almorávides por la noche encienden hogueras y, claro, el espectáculo de las hogueras por la noche es verdaderamente tremendo. Bueno, ¿cómo sería la cosa que los valencianos que estaban dentro de las murallas, los musulmanes, estaban ya deseando que llegaran los almorávides para salir de las murallas, caer por detrás de las tropas del Cid y acabar con ellos. Y de esa manera, de esa manera, resulta que mientras unos rezan al lag y los otros adiós, esperando que se va a producir el encontronazo, mire usted por dónde lo que es las cosas. Riada en Valencia. El cambio climático. El cambio climático, que efectivamente en el año 1093, en el mes de noviembre, pues debía ser.

SPEAKER_03:

Hay que quemar combustible fósil, porque ya todo el mundo sabe que en aquella época se quemaba muchísimo.

SPEAKER_02:

Las fábricas que se las antorchas, igual eran las antorchas de los tanques del CIT y los tanques de los almorávides, humeando.

SPEAKER_03:

En fin, ya fuera de bromas, lo tuvo que ser una riada de órdago porque los almorávides, que eran hombres fieros donde los haya, tuvieron que ir pitando. Yo no sé si es que no sabía nada alguno.

SPEAKER_02:

Bueno, yo creo, vamos a ver, parece que hay dos cuestiones que efectivamente influyeron. Ellos están cerca de Valencia, pero de pronto ahí cae un diluvio tremendo que con seguridad en el Sahara no lo habían visto. O sea, eso lo podemos dar, por supuesto. Ahí cae una riada que ya.

SPEAKER_03:

Y había morávides que venían de Senegal, hay que decirlo.

SPEAKER_02:

Pues fíjese. O sea, que realmente eso no se lo esperaban, eso les coloca en una situación de semipánico. Pero es que encima, para terminar lo de arreglar, de pronto, a medida que van avanzando, se dan cuenta de que con quien se van a enfrentar es precisamente con el CID. Y pensando que lo del CID es problemático y que además está cayendo agua, que parece ser que no se veía, es decir, que realmente no veías lo que tenías enfrente, los almorávides de manera muy prudente deciden que se retiran. Con lo cual, en Valencia, eso que algunos llaman el partido africanista, bueno, que eran musulmanes.

SPEAKER_03:

Eso lo he mencionado yo antes, porque yo en los libros siempre he oído referirse a ese grupo así, como los africanistas.

SPEAKER_02:

Sí, porque bueno, eran partidarios de la llegada de los africanos, pues bueno, inmediatamente entre ellos lo que cunde es la desmoralización más absoluta, porque se dan cuenta de que ya no van a venir. Es decir, los almorávides han estado a muy poquitas lenguas lenguas de Valencia y no van a venir. Y claro, esto el CID lo aprovecha totalmente. La ciudad está cercada, y además de que la ciudad está cercada, estamos hablando de diciembre de 1093. Sin embargo, las tierras donde viven moros que están cerca de Valencia, que no son la ciudad de Valencia, sino que son tierras que rige el Cid, pues se da la circunstancia de que están muy bien administradas. Valencia, como sucede con Murcia, son tierras feroces, son tierras fértiles y les van verdaderamente. Pagaban al Cid, vivían estupendamente y ya está, ¿no?

SPEAKER_03:

Ya atracó.

SPEAKER_02:

Exactamente. Con los almorávides que han reembarcado rumbo a Marruecos, que no han llegado ni siquiera a cruzar espadas con el Cid, bueno, pues los Alcaides de los castillos de la zona van visitando al Cid para decir que se rinden, para decir que esto no puede ser, en fin, que nos vamos a llevar bien, etc. Y efectivamente, en los próximos meses se va a ir estableciendo una serie de danzas y contradanzas a ver qué sucede. Porque, desde luego, lo que es evidente es que no hay manera ya de que se pueda pensar en una solución armada. El CID tiene cercada Valencia. Valencia, como sucedía en el caso de estos cercos, va a ir sufriendo un hambre cada vez más lobuna, porque efectivamente no podía entrar ni salir nada de esa situación. Y finalmente, finalmente, cuando la primavera va cediendo ante el verano, en mayo-junio del año 1094, resulta innegable que la única salida que tiene Valencia es rendirse. Y es lo que va a hacer. Valencia finalmente se rinde, y lo que sucede es que además los caballeros cristianos consiguen tomar las Torres de Valencia sin mucha dificultad, porque efectivamente la ciudad no podía aguantar más. Y en ese mes de junio del año 1094, inmediatamente, cuando el Cid está delante de Valencia, los principales salen, le besan la mano, le dan la bienvenida, y efectivamente el Cid sabe comportarse de una manera muy clemente. Por ejemplo, como muestra de generosidad, pero también de comprensión de lo que pasaba con los moros, él da orden de que se tapien las ventanas que en un momento determinado daban al interior de la villa. Y lo hace para que cuando pasen los soldados cristianos vayan desfilando por Valencia, pues no vayan por ahí fiscando y colocando en mala situación a las musulmanas, lo cual podía ser muy ofensivo, quebrar una convivencia que al Cid le interesaba que fuera armónica. De una manera también muy inteligente, el CID necesita que sean cristianos los que vigilen la ciudad, los que guarden las torres, pero decide que no sean los castellanos, porque los castellanos no tienen costumbre de tratar con los musulmanes, se pueden producir fricciones que son innecesarias. Y entonces, ¿qué es lo que hace? Que ahí coloca a mozárabes. Porque los mozárabes se han criado con los musulmanes, saben cuál es la situación. Los del partido Mudéjar, ¿no? Podríamos decirlo. Bueno, sí, lo que pasa es que estos eran cristianos. Lo que suele llamarse el partido Mudéjar es lo que se ve en el partido hispánico, que eran musulmanes, pero no eran partidarios de los almorávides. Eran más partidarios de que efectivamente se llegara a un acuerdo en un momento determinado con Alfonso VI, luego con el CID, porque no se fiaban lo más mínimo de los almorávides. Los almorávides era gente insoportable que, por ejemplo.

SPEAKER_03:

Sobre todo si ya sabes que iban otra vez camino para Marruecos ya. Entonces ya todo lo que se ha hecho. Sí, entonces la cosa estaba clara, ¿no?

SPEAKER_02:

No, pero claro, los almorávides pretendían, por ejemplo, que no se bebiera vino. Pero no van a beber vino en España, ¿no? Los almorávides, además, pretendían que se suprimieran los impuestos que no estaban en el Corán y que permitían que la corte viviera maravillosamente, pero vas a quitar los impuestos a la gente, ¿no? Y claro, en este sentido, eso que a veces se llama el partido muéjar, el partido hispanista, el partido español, etc. No, eran musulmanes. Eran musulmanes. Bueno, eran musulmanes, españoles en el sentido. Era cristianos. Exactamente, no eran cristianos, pero sí era gente que, claro, prefería estar sometida al Cid o al Rey de León, a los almorávides, que era una gente muy intransigente, que sí que eran musulmanes, pero tampoco era cuestión de estar viviendo de esa manera. Ahí el Cid es inteligente. Es decir, él se da cuenta de que esa gente se va a someter, aunque no sea porque no tienen otra salida, y que hay que ser generoso, hay que ser comprensivo con las costumbres de esa gente. Y en ese sentido, por ejemplo, el Cid, aparte de establecer que se tapien esas ventanas para que los cristianos no se dediquen a fisgonear a ver si ven a las musulmanas, aparte de establecer que la custodia de las torres las tengan mozárabes, que como indica la propia palabra mustarabit, son los que se han arabizado, es decir, serán cristianos, pero la manera en que se comportan, etcétera, etcétera, pues es igual que la de los árabes y los van a entender y no los van a ofender. Y además, hay otra cuestión que el CIS se la toma muy en serio, y es que cuando esa gente se encuentre en la acera con los musulmanes, no les obliguen a bajar de la acera, los traten con respeto, les sepan ceder el paso con cortesía. Alguno dirá que esto es una tontería, pero yo quisiera recordar dos episodios históricamente más recientes que demuestra hasta qué punto la cortesía en las aceras tiene su razón de ser. Uno es el famoso caso de Gandhi, al que en un momento determinado en Suráfrica, cuando él está en Sudáfrica siendo un abogado joven, le quieren obligar a bajar de la acera. Y él se niega. Es decir, hay una serie de blancos que vienen. Bueno, ¿qué hace aquí el negro este caminando en la cera con nosotros y le quieren bajar de la acera? Y bueno, esto todavía a Gandhi le determina más en la lucha no violenta. El otro es un caso que cuenta Martin Luther King Jr., el que fue premio Nobel de la Paz, y es que siendo el niño, él iba con su padre de la mano por la acera, y en ese momento pasaron unos blancos y les obligaron a bajar de la acera, y ellos continuaron. Y Martin Luther King decía que aquello había sido traumático para él siendo niño, y que de pronto había comprobado como su padre, que a él le parecía todopoderoso, no se había podido oponer a que los blancos lo echaran de la acera. Bueno, pues esto que efectivamente ha marcado a dos personajes, me parece a mí, que de primerísimo nivel, es algo que el CID capta como un semillero de problemas, porque la gente lo podía vivir como una humillación, porque era una humillación. Y el CID va adoptando una serie de medidas que efectivamente eviten eso. La idea es que la gente se sienta contenta porque se da la circunstancia de que efectivamente la administración es justa. Las decisiones judiciales que va a haber son decisiones judiciales que se van a corresponder a derecho. No se va a humillar a nadie. Nadie se va a sentir inferior porque pertenece a una religión que no es la de los vencedores, etcétera, etcétera, etcétera. Y en ese sentido, pues no cabe la menor duda de que el Cid actúa con una enorme inteligencia. Finalmente, el Cid es un personaje que se impone y que ya ha entrado en Valencia y que va a mantener Valencia. Y esa es la pieza clave, es la clave del arco de todo ese, casi se podría llamar Imperio Levantino que ha creado el Cid y que va a tener una enorme importancia. No han terminado ni mucho menos las cuitas del Cid, no han terminado ni mucho menos los días de lucha y de brega. Hay mucho por delante todavía por combatir. Pero desde el momento en que el CID ha conseguido entrar en Valencia, ha establecido un orden justo y además ha dejado claro que los almorávides no son para tanto, a partir de ese momento, la verdad es que eso queda absolutamente asegurado. Los almorávides van a volver, ya lo adelantamos antes de acabar el espacio de hoy, y van a volver y se van a encontrar verdaderamente con la horma de su zapato. Pero el CID ha conseguido demostrar que se puede ser generoso, que se puede ser magnánimo, que se puede ser tolerante incluso con aquellos que profesan una religión distinta, y de ahí no procede ni la derrota, ni el desorden, ni el caos. Por el contrario, lo que hay es prosperidad, lo que hay es una armonía social y lo que hay es una sensación de satisfacción, incluso por parte de los que son diferentes, porque se sienten justamente tratados.

SPEAKER_03:

Al final consiguió que todos se sintieran representados, aunque en realidad unos estuvieran, evidentemente, más representados de otros como que otros, como siempre sucede. Luego ha habido mucha propaganda, ¿no? Sobre todo en el ámbito musulmán, diciendo que durante ese asedio, pues el CID permitió que la gente prácticamente se muriera de hambre.

SPEAKER_02:

Sí, es que las plazas se rendían por hambre.

SPEAKER_03:

Gente tirándose por la ventana. Es decir, no estamos hablando. Antes de morirte de hambre, la gente se tiraba por la ventana, unas iba a decir unas imágenes, evidentemente imagen no, pero una situación realmente terrorífica que eso hace o provoca también que luego, una vez que se llegara a una serie de acuerdos, hubiera esta magnanimidad, como usted dice, y sobre todo entrar al alimento y se permitiera a la gente ya salir para poder comprar en esos arrabales, en esos sitios cercanos que estaban llenos de productos, pues se hizo que hubiera un crecimiento económico. Y si la tripa está llena, pues al final todo va un punto.

SPEAKER_02:

Eso legitima mucho. O sea, y lo digo sin ironía, yo estoy convencido de que cuando efectivamente la gente vive bien, eso legitima mucho al régimen. O sea, yo estoy convencido que cuando acaba la guerra civil española, el régimen de Franco estaba legitimado entre los vencedores y punto. Y sin embargo, estoy convencido de que cuando muere Franco en el año 75 había mucha gente que pertenecía a ese bando de los vencinos. Que sin embargo el régimen se había legitimado por el desarrollo económico de los años 60. No todos, no todos lo veían así, pero sí muchos. Y por citar un ejemplo cercano, mi abuela materna, que había vivido la guerra en el bando republicano, y uno de cuyos hermanos, además su hermano más querido, al acabar la guerra, fue encarcelado porque era miembro del Partido Comunista, y por supuesto no tenía ninguna simpatía hacia Franco ni hacia el régimen de Franco. Sin embargo, yo recuerdo en unas Navidades en los años 60, siendo yo niño, como mientras Franco estaba hablando con su voz lenta y aflautada de los progresos, de pronto escucho a mi abuela a mi espalda que dice: no, no, es verdad, es que hemos avanzado mucho. Y efectivamente, efectivamente, cuando la gente sabe que tiene perspectivas de vivir mejor y vive mejor, y ve que eso va a pasar a sus hijos y a sus nietos, eso legitima mucho un régimen. Y de la misma manera, un régimen puede ser formalmente democrático, pero si la gente siente que vive peor y siente que además no tiene perspectivas de futuro y siente que las cosas pueden ir cada vez más manga por hombro, ese régimen cada vez se deslegitima más. Y como usted sabe, pues ahí está la señora von der Brugen intentando que todo el que critique a aquellos gobiernos en la Unión Europea que llevan a los pobres europeos a vivir cada vez peor, pues con un poco de suerte acaban en la cárcel, porque es consciente de que esas críticas, más que justificadas, marcan la línea en que se están deslegitimando los gobiernos en Europa Occidental.

SPEAKER_03:

Así es, don César.

SPEAKER_02:

Sí, el CID sabía lo que hacía, era un personaje ciertamente muy hábil y no solamente a la hora de subirse a caballo. Pues nos encontramos aquí en la CIFO España la semana que viene Dios Mediante y nos encontramos en el Despegamos mañana Dios Mediante, aquí en La Voz. Muy bien. Un abrazo muy fuerte.

SPEAKER_03:

Un abrazo, fuerte abrazo, don César.