La Voz de César Vidal
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La Voz de César Vidal
Editorial: El pavoroso fracaso de las sanciones económicas - 10/12/25
Por César Vidal.
https://www.cesarvidal.tv/editorial/videos/el-pavoroso-fracaso-de-las-sanciones-economicas-10-12-25
En este editorial, César Vidal analiza el verdadero impacto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y otras potencias occidentales, desmintiendo la idea de que estas medidas logran derrocar a los regímenes a los que apuntan. Partiendo de un recordatorio histórico —el aislamiento internacional contra la España de Franco tras la Segunda Guerra Mundial—, Vidal explica cómo las sanciones suelen castigar a los pueblos y no a los dictadores, tal como ya advirtió el diplomático Agustín de Foxá.
Basándose en un extenso estudio del Washington Post, el editorial detalla casos como Venezuela, Irán, Cuba, Rusia, Corea del Norte o Nicaragua, mostrando cómo las sanciones han provocado contracciones económicas catastróficas, crisis humanitarias, migraciones masivas y cientos de miles de muertes anuales, sin conseguir los objetivos políticos buscados.
Vidal expone que las sanciones:
• Fracasan políticamente, porque los regímenes permanecen en el poder.
• Fracasan en términos de seguridad, al acercar a potencias rivales y acelerar la creación de sistemas financieros paralelos al dólar.
• Fracasan humanitariamente, causando más de 550.000 muertes al año, especialmente entre niños y ancianos.
El editorial concluye con una reflexión moral y política: la patada que pretende darse a los dictadores termina golpeando a los pueblos, y es necesario replantearse una estrategia que, lejos de resolver conflictos, multiplica el sufrimiento humano.
La voz con César Vidal, desde el exilio. Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches, y sobre todo muy bienvenidos a esta nueva sigla de la voz. Soy César Vidal, hoy es el miércoles 10 de diciembre de 2025, y me dirijo a los hispanoparlantes de ambos hemisferios, a los situados a uno y otro lado del Atlántico y del Pacífico, y como siempre, lo hago desde el éxil. Corría el año 1945 when las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, decidieron aislar al régimen español que tenía entonces como cabeza al general Frank. La razón era la cercanía que Franco había mantenido con Alemania e Italia, las potencias fascistas derrotadas desde el año 1936 en que había dado inicio la Guerra Civil Española. Por supuesto, la meta final de aquel aislamiento internacional no era otra que lograr la caída del general español. Sin embargo, no todos estaban tan seguros de que aquella meta se alcanzaría. Así, el escritor y diplomático español Agustín de Foxa afirmó: Vais a ver la patada que le dan a Franco en nuestras posaderas. La irónica frase señalaba una gran verdad. Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial pretendían derribar a Franco mediante un aislamiento que dañaría la ya resentida economía española, pero no era el general el que lo sufriría. El golpe, en forma de hambre, de miseria, de ausencia de medicinas, lo recibirían en realidad la inmensa mayoría de los españoles y, en especial, los más humildes y los menos vinculados al régimen franquista. Foxat, como en tantas otras de sus apreciaciones brillantes, no se equivocó lo más mínimo. Durante el tiempo que duró el aislamiento, y fue en torno a una década, no fue Franco sino los españoles de a pie los que lo sufrieron. Por su parte, el general Franco y su régimen sobrevivirían nada menos que tres décadas más. En las últimas horas hemos tenido nuevas noticias sobre el impacto real de las sanciones económicas sobre aquellas naciones contra las que se dirigen. Sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes. Primero, el Washington Post acaba de publicar un estudio titulado Money War: How for U.S. Presidents Unleash Economic Warfare Across the Globe. Es decir, guerra financiera, cómo cuatro presidentes de los Estados Unidos desataron una guerra económica en todo el mundo. Segundo, el citado informe examina cómo Estados Unidos ha dependido cada vez más de la imposición de sanciones económicas que han causado daños colaterales en todo el mundo. Tercero, el informe comienza diciendo: Hoy Estados Unidos impone tres veces más sanciones que cualquier otro país u organismo internacional, afectando a una tercera parte de todas las naciones con algún tipo de sanción financiera sobre personas, propiedades u organizaciones. Cuarto, según el informe del Washington Post, en Venezuela, las sanciones literalmente han contribuido a una contracción económica aproximadamente tres veces mayor que la causada por la Gran Depresión en Estados Unidos. Quinto, igualmente, el Washington Post informa que a Donald Trump le advirtieron de que las sanciones contra Venezuela podrían provocar la emigración de millones de venezolanos. Sexto, bajo el gobierno de Obama, Estados Unidos comenzó a imponer sanciones contra Venezuela. Pero al principio eran muy limitadas y en realidad se enfocaron en algunos miembros del régimen de Maduro que eran responsables de llevar a cabo represalias violentas contra los manifestantes en Venezuela. Fue realmente Trump, como se informa de manera exclusiva en el informe, el que, a pesar de las advertencias de funcionarios de seguridad nacional y de informes clasificados sobre los posibles efectos de estas sanciones en la emigración, restringió de verdad la principal fuente de ingresos de las exportaciones. Séptimo, el 96% de los ingresos de Venezuela por exportaciones proceden de la venta de petróleo, y lo que Estados Unidos hizo efectivamente en el transcurso de tres a cuatro años fue impedir que se realizaran esas ventas en los mercados internacionales. Octavo, esa medida realmente estranguló las empresas conjuntas que constituían un motor de la economía venezolana, es decir, los acuerdos petroleros que se habían logrado entre productores estadounidenses y venezolanos que proporcionaban a estos últimos los ingresos necesarios para llevar a cabo importaciones procedentes de otros países. Noveno, esa presión económica, ejercida por Estados Unidos, provocó una contracción económica del 71% en Venezuela. Décimo, esa contracción ha sido el triple que la que sufrió Estados Unidos durante la Gran Depresión, y mayor que cualquier otro colapso económico en tiempos de paz durante la historia moderna, mayor que muchos otros colapsos en la economía de países en guerra, incluyendo Ucrania después de la invasión rusa o Irak después de la invasión americana de 2003. Se puede afirmar, sin ánimo de exagerar, que las proporciones son catastróficas. Un décimo. El colapso económico en Venezuela precede a las sanciones, ya que tenía una inflación de más del 800% antes de Trump. Pero no hay duda de que estas medidas de Estados Unidos empeoraron considerablemente la situación económica en Venezuela y, a pesar del enorme coste económico y humano, no fueron suficientes para derrocar a Maduro, que continúa hoy en el poder. Duodécimo. En el ámbito académico se está analizando en la actualidad de manera especial los efectos de las sanciones y si han surtido efecto o, por el contrario, no es así. Décimo tercero. Algunos de estos análisis sugieren que la tasa de éxito de las sanciones económicas se sitúa entre el 15 y el 30%, lo que implica un altísimo porcentaje de fracasos en la medida en que actualmente hay sanciones impuestas sobre aproximadamente un tercio de todos los países y el 60% de todos los países pobres. Décimo cuarto. El citado estudio analiza de manera muy extensa los casos de Cuba, Irán, Zimbabue, Venezuela, Afganistán y Siria. Decimoquinto. El estudio va referido a cientos de millones de personas afectadas de alguna forma por las sanciones americanas en lugares donde los regímenes que Estados Unidos pretende atacar no han transferido ni han renunciado a su control del poder. Decimo sexto. Por supuesto, desde Estados Unidos se puede afirmar que aplicar estas sanciones sigue siendo mejor que no aplicar ninguna medida, porque privan a los regímenes de fondos que de estar a su disposición podrían utilizar para lo que Estados Unidos describe como actividades perniciosas. Pero la realidad es que los cambios de régimen se suceden muy rara vez. Décimo séptimo. Incluso hay expertos que afirman que en realidad las sanciones económicas todavía otorgan más poder a los dirigentes y a los regímenes al frenar a la sociedad civil. Décimo octavo. De hecho, las sanciones reducen la potencia y la influencia de los actores del sector privado que a menudo forman una base de poder opositor a las autoridades sancionadas. Décimo noveno. Esa innegable circunstancia explica que cada vez haya más voces críticas en contra de las sanciones económicas. Vigésimo. En el caso de Irán, las sanciones impuestas primero con un efecto realmente dramático en 2010, a través de medidas aprobadas por Obama y el Congreso, implicaron una expansión verdaderamente fascinante de la autoridad para imponer sanciones de Estados Unidos. Vigésimo primero. De hecho, las sanciones contra Irán fueron el primer despliegue de sanciones secundarias que se aplicaron a los que comerciaran con el régimen iraní. Para algunos expertos, esa gran expansión del poder de las sanciones pudo ser positiva en la medida en que en el año 2015 el gobierno de Obama trabajó con el régimen iraní en un acuerdo nuclear. Vigésimo segundo. A pesar de todo, Donald Trump se retiró de ese acuerdo y desde entonces los iraníes han colaborado con potencias enfrentadas con Estados Unidos en la formación de redes financieras rivales de las americanas, lo que obliga a pensar que nuevas sanciones contra Irán no solo no serán efectivas al existir redes de comercio alternativas, sino que además funcionarán como un sistema comercial paralelo al tipo de sistema financiero occidental. Vigésimo tercero. El fracaso de esas medidas llevó en el año 2021 a la creación de un plan para reestructurar el sistema de sanciones de Estados Unidos. Vigésimo. De hecho, varios empleados del Departamento del Tesoro presentaron docenas de recomendaciones, incluyendo medidas destinadas a revisar el aumento de las sanciones americanas, en particular la creación de una especie de cargo de coordinador central. Vigésimo quinto. La razón es que hay muchas partes del Gobierno que lanzan ideas de posibles sanciones que son enviadas al Departamento de Estado y al Departamento del Tesoro y avanzan sin que haya un solo cuerpo gubernamental que de alguna manera esté evaluando si esas sanciones funcionan en el contexto de una estrategia general de sanciones más amplia. Vigésto. Con ese panorama de fondo, el personal del Tesoro elaboró un plan para llevar a cabo esa reforma, pero los desacuerdos con el Departamento de Estado y una especie de inercia general de las sanciones hizo que éstas se vean como fáciles y eficaces cuando en realidad no es así. Pero el plan se archivó. XXI, esa circunstancia condujo a que durante el gobierno de Biden se llegaran a imponer nada menos que 6.000 sanciones en tan solo dos años, una suma extraordinaria y sin precedentes. Vigés VIII, el aumento de sanciones siguió siendo ineficaz para llevar a cabo cambios de régimen, y según el estudio, ha dejado de manifiesto la incapacidad de Estados Unidos para gestionar adecuadamente esta cuestión. XX noveno. Los ejemplos del fracaso de las sanciones son evidentes en una nación como Corea del Norte, que lleva más de medio siglo sometida a sanciones económicas sin que ello haya frenado los esfuerzos de Corea del Norte por adquirir armas nucleares y misiles balísticos intercontinentales. Trigésimo. También han fracasado las sanciones americanas contra Nicaragua, donde sigue afianzado el régimen del presidente Daniel Ortega. Trigésimo primero. Igualmente, los años de sanciones contra Rusia por la guerra de Ucrania no han debilitado a esta potencia y han dado lugar a una flota oscura de barcos que venden petróleo al margen de las regulaciones internacionales. Y para Colmó de Males, esas sanciones han empujado a Rusia hacia una alianza más estrecha con China, una circunstancia desastrosa para los Estados Unidos. Trigésimo segundo. Quizá el mayor fracaso haya tenido lugar en Cuba, donde casi siete décadas de sanciones no han llevado al régimen a su final. Trigésimo tercero. Como ha señalado Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional en la Administración Obama, la mentalidad, casi un reflejo extraño en Washington, se ha convertido en que si ocurre algo malo en cualquier parte del mundo, Estados Unidos va a sancionar a algunas personas. Y eso no tiene sentido. Trigésimo. Según el mismo Ben Rhodes, no pensamos en los daños colaterales de las sanciones de la misma manera que pensamos en los daños colaterales de la guerra. Pero tendríamos que hacerlo. Trigésimo quinto. De hecho, una de las grandes objeciones contra la imposición de sanciones económicas deriva de los inmensos daños humanos que causan. Trigésimo. A decir verdad, un tercio de todos los países del mundo están sujetos a sanciones económicas de Estados Unidos, y los estudios demuestran que las sanciones a nivel mundial provocan más de 550.000 muertes al año, tantas como si se tratara de una guerra. Trigés séptimo. En concreto, un reciente estudio del prestigioso medio The Lancet señala que los efectos sobre la mortalidad oscilaron entre 8,4 puntos logarítmicos para los niños menores de 5 años. Trigésimo. Igualmente, los efectos sobre la mortalidad aumentaron 2,4 puntos logarítmicos para las personas de entre 60 y 80 años. Trigésimo noveno. De esa forma, las sanciones unilaterales se asociaron con una cifra anual de 564.258 muertes, similar a la carga de mortalidad mundial que se asocia con las guerras. Y cuadragésimo, esas sanciones igualmente crean graves obstáculos para la acción humanitaria y tienen repercusiones negativas en las operaciones de la sociedad civil, provocando, por ejemplo, desastrosos flujos migratorios. La política de sanciones impuesta por Estados Unidos y en menor medida por naciones de la Unión Europea ha demostrado ser un fracaso rotundo en el curso de las últimas décadas. En primer lugar, implica un fracaso en lo que a cambio de régimen se refiere. Ni Cuba, ni Corea del Norte, ni Nicaragua, ni Venezuela, ni Rusia, por citar solo algunos ejemplos, han experimentado un cambio de régimen y, por el contrario, los mismos se han afianzado a la vez que disminuía drásticamente el papel de la sociedad civil y de la oposición. En términos políticos habría que señalar que el fracaso no puede ser mayor. En segundo lugar, implica un fracaso en términos de seguridad. Lejos de debilitar a naciones a las que Estados Unidos considera enemigas, ha logrado que las alianzas entre estas aumenten y se fortalezcan y que las medidas de defensa frente a ataques americanos alcancen un elaborado grado de sofisticación. Lejos de aislar a China, de separar a Rusia de China o de debilitar a otras naciones menores, lo que han logrado las sanciones es acercar a distintas potencias que han ido llegando a formas de acción económicas no solo alternativas, sino muchas veces de éxito y desafiantes. De manera paradójica y que puede ser trágica, el monopolio hegemónico del dólar se ha ido erosionando precisamente a causa de la reacción de las naciones sancionadas. En tercer lugar, implica un fracaso humanitario, ya que no solo los regímenes que violan los derechos humanos no han suavizado su política, sino que por añadidura en no pocas naciones se ha producido un fenómeno de emigración masiva que ha creado problemas sin cuento en otros países. Las naciones golpeadas por las sanciones en Asia, África y América han lanzado millones de personas reducidas a condiciones miserables a naciones más o menos cercanas, en las que han creado incontables problemas que afectan lo mismo a su estado del bienestar que al orden público. Con todo, no son la reducción de millones de personas a la miseria o las grandes migraciones las peores consecuencias de la política de sanciones impuesta por Estados Unidos. Lo peor, muy posiblemente, sea la manera en que esa política de sanciones que golpea áreas como el suministro de medicinas o el sistema de salud es causante directa de no menos de medio millón de muertes al año. Muertes que no golpean a los responsables del régimen y que tampoco provocan una sublevación popular, sino que son devastadoras para las poblaciones civiles y de manera muy especial para niños y mayores de 60 años. Con estos factores innegables sobre la mesa hay que preguntarse y preguntarse en serio el valor real de una política de sanciones que no alcanza objetivos plausibles asignations of determinados regímenes políticos and, sin embargo, causa la muerte that of medio million who are victims of those regímenes, but the sanctions eliminate as if they were both bombardeo despiadado in the way of a guerra terrible. But no seen live for the desanimo la frustration, and the poderosos much gigantes is also because they contemplaced the rodillas and ya was the hora to put them in pieces. Les ha hablado César Vidal desde el exilio. Que Dios los bendiga.
SPEAKER_00:Sección patrocinada mediante crowdfunding con el siguiente mensaje: Nuestro Señor Jesucristo, el único Dios verdadero, es misericordioso y nuestro Salvador.